Daniel 2, 1 - 49

EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR [1] El año doce de su reinado, Nabucodonosor tuvo un sueño que lo inquietó hasta el punto de no dejarlo dormir. [2] El rey mandó llamar brujos y magos, astrólogos y adivinos, para que explicaran su sueño. Vinieron y se presentaron al rey. [3] Este les dijo: «Tuve un sueño y no estaré tranquilo mientras no sepa lo que significa.» [4] Los adivinos respondieron: «Viva el rey eternamente. Cuéntanos tu sueño y nosotros te lo explicaremos.» [5] El rey respondió a sus magos: «No olviden lo que tengo decidido. Si no me dan a conocer el sueño y su interpretación, sus cuerpos serán destrozados y sus casas destruidas. [6] Pero el que me dé a conocer el sueño y su interpretación recibirá de mí regalos, obsequios y grandes honores. Así, pues, díganme cuál fue el sueño y cuál es su interpretación.» [7] Los caldeos respondieron como la primera vez: «Cuente el rey el sueño a sus servidores, y nosotros le daremos la interpretación.» [8] El rey replicó: «Veo que lo que quieren es ganar tiempo, al conocer ya mi decisión. [9] Si no me dan a conocer el sueño, todos serán castigados. Seguramente se han puesto de acuerdo para decirme palabras mentirosas y falsas para ganar tiempo. Pero díganme ahora el sueño, y estaré seguro de la explicación que me darán después.» [10] Los adivinos contestaron: «No hay nadie en el mundo capaz de hacer lo que el rey pide, y por eso ningún rey, por grande y poderoso que sea, hace tal pregunta a ningún mago, adivino o astrólogo. [11] Lo que el rey pide es imposible y nadie se lo dirá. Sólo los dioses pueden hacerlo, pero ellos no viven entre los hombres.» [12] El rey se enfureció y mandó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. [13] Una vez promulgada esta sentencia de muerte contra los sabios, buscaron también a Daniel y sus compañeros para matarlos. [14] Pero Daniel se dirigió con palabras sabias y prudentes a Aryok, jefe de la guardia real, que debía ejecutar a los sabios de Babilonia, [15] y le preguntó: «¿Por qué ha dado el rey un decreto tan riguroso?» Aryok explicó el asunto a Daniel, [16] el cual fue a decir al rey que si le daba un plazo, él le indicaría el significado de su sueño. [17] Daniel regresó a su casa y comunicó el asunto a sus compañeros. [18] Los invitó a implorar la misericordia de Dios acerca de este sueño misterioso para que no se les diera muerte a ellos junto con los otros sabios de Babilonia. [19] Y en una visión nocturna, Dios reveló el sueño misterioso de Nabucodonosor a Daniel. Por lo cual Daniel bendijo al Dios de los Cielos [20] y dijo: «Bendito sea Dios por los siglos de los siglos, ya que suyo es el saber, y suya la fuerza; [21] él ordena los tiempos y los acontecimientos, da el poder a los reyes o se lo quita; da a los sabios sabiduría, y ciencia a los entendidos.» [22] El revela los misterios y los secretos, conoce lo que ocultan las tinieblas. Donde está él, está la luz. [23] Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has concedido el saber y la inteligencia, y ahora me has manifestado lo que te habíamos pedido, y nos has dado a conocer el asunto del rey. [24] Después de esto, Daniel se fue donde Aryok, a quien el rey había mandado matar a los sabios de Babilonia. Al presentarse, le dijo: «No mates a los sabios de Babilonia. Antes bien, llévame a la presencia del rey y yo le daré la interpretación». [25] Aryok se apresuró a introducir a Daniel diciendo al rey: «Encontré entre los desterrados judíos a un hombre que pretende dar al rey la interpretación.» [26] Tomó el rey la palabra y dijo a Daniel (por sobrenombre Beltsasar): «¿Eres capaz de decirme el sueño que tuve y de interpretarlo?»Daniel interpreta el sueño [27] Daniel tomó la palabra en presencia del rey y dijo: «El misterio que el rey quiere saber no hay sabios, magos, adivinos ni astrólogos que se lo puedan revelar, [28] pero hay un Dios en el cielo que descubre los misterios y que ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los tiempos. Estos eran tu sueño y tus visiones cuando estabas en tu cama. [29] ¡Oh rey!, los pensamientos que perturban tu sueño se refieren al futuro; Dios, que revela los secretos, te lo da a conocer. [30] A mí se me ha revelado este secreto, no porque tenga una sabiduría superior a la de los mortales, sino con el fin de que todos conozcan la interpretación de tu sueño. [31] Tú veías una estatua enorme, de extraordinario brillo y aspecto terrible, que se levantaba delante de ti. [32] La cabeza de esta estatua era de oro puro, el pecho y los brazos de plata, las caderas y el vientre de bronce, [33] las piernas de hierro, los pies parte de hierro y parte de loza. [34] Tú estabas mirando la estatua cuando de repente una piedra se desprendió, sin haber sido lanzada por ninguna mano, y vino a chocar contra los pies de hierro y loza de la estatua, haciéndola pedazos. [35] Entonces todo a la vez quedó como polvo, el hierro, la loza, el bronce, la plata y el oro, como capotillo de la cosecha, y el viento se lo llevó sin que quedara rastro. [36] En cuanto a la piedra que chocó con la estatua, se convirtió en un cerro muy grande que llenó toda la tierra. [37] Tal fue tu sueño. Ahora te lo voy a explicar: [38] A ti, ¡oh, rey!, el más poderoso entre todos los reyes, Dios te ha dado el reino, el imperio, el poder y la gloria. Los hombres, los animales y los pájaros, dondequiera que habiten, los ha puesto Dios bajo tu mano. Dios te ha hecho su soberano y, por eso, la cabeza de oro eres tú. [39] Después de ti seguirá otro reino inferior al tuyo, y luego un tercer reino como el bronce que dominará la tierra entera. [40] Habrá un cuarto reino, duro como el hierro. El romperá todo, igual que el hierro, que todo lo hace pedazos. [41] Lo que viste de los pies y los dedos, parte de loza y parte de hierro, [42] significa que este reino va a ser dividido, y que será en parte fuerte y en parte débil. [43] Será unido en la persona de su rey, pero sus pueblos no se unirán, de la misma manera que el hierro no se mezcla con la loza. [44] En tiempos de estos reyes, Dios hará surgir un Reino que jamás será destruido. Este Reino no pasará a otras manos, sino que pulverizará y destruirá a todos estos reinos y él permanecerá eternamente. [45] Es el significado de la piedra que has visto desprenderse del monte sin ayuda de ninguna mano y que redujo a polvo el hierro, el bronce, la loza, la plata y el oro. El Dios grande te ha revelado lo que ha de venir. ¿No es cierto que éste fue tu sueño? Entonces puedes estar seguro de la explicación.» [46] Al oír esto, el rey Nabucodonosor se arrodilló delante de Daniel y ordenó que se le ofreciera un regalo. [47] El rey dijo a Daniel: «Verdaderamente el Dios de ustedes es el Dios de los dioses y el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, puesto que tú pudiste explicar este misterio.» [48] Y el rey concedió a Daniel un cargo importante y le dio muchos y magníficos regalos. Lo hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios. [49] Daniel, pues, influyó ante el rey para que encargara la administración de la provincia de Babilonia a Sidrac, Misac y Abdénago, quedando Daniel a disposición del rey.

[1] Los sabios de Caldea mezclaban la ciencia con la magia para prestigiarse ante sus compatriotas, muy dados a la superstición. Quien decía caldeo decía sabio, mago o brujo. Al judío, la Ley de Moisés le prohibía tales prácticas ( Deut 18,9).Aquí hay una burla de los magos caldeos. Ellos pretenden descubrir el futuro, pero no saben decir cuál fue el sueño del rey antes de que él lo cuente.

[27] Varios literatos de aquel tiempo pensaban que la historia traería una sucesión de cuatro imperios. Siendo pesimistas, pensaban que, desde la creación del mundo, todo había ido empeorando y seguiría empeorando. Lo expresaban poniendo al principio la edad de oro y, al final, el reino del hierro, o sea, de las armas. En el presente libro, los cuatro reinados sucesivos son el de Nabucodonosor, el de los medos, el de los persas y el del conquistador Alejandro de Macedonia (reinado de hierro). De este último nace el reinado Persa-sirio, que será destruido por una intervención extraordinaria de Dios. Esta es la enseñanza del sueño: los hombres no pueden enderezar la historia de los pueblos, que va siempre empeorando. Pero Dios intervendrá y fundará su propio Reino universal.

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