Daniel 5, 1 - 31

EL BANQUETE DE BELSASAR [1] El rey Belsasar invitó a un gran banquete a sus dignatarios. Se juntaron como mil personas y, en presencia de ellos, el rey tomó hasta emborracharse. [2] Animado por el vino, mandó que le trajeran los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del Templo; es decir, de la Casa de Dios en Jerusalén, para que bebieran en ellos. [3] Se los trajeron entonces y bebieron en ellos el rey y sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. [4] Tomaron vino y brindaron a sus dioses de oro y de plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra. [5] De repente aparecieron dedos de una mano que escribía en el estuco de la pared del palacio, detrás del candelabro. El rey al verla se turbó. [6] Sus piernas se debilitaron y sus rodillas se pusieron a temblar. [7] Gritando, mandó llamar a los brujos y adivinos y les dijo: «Al que entienda esta letra y me la explique, lo haré vestir de rojo, color reservado para el rey, y le pondré al cuello un collar de oro y gobernará la tercera parte del reino.» [8] Todos los sabios del rey se acercaron, pero no pudieron leer esta escritura ni darle interpretación. [9] Entonces el rey se turbó y sus dignatarios quedaron desconcertados. [10] El rey y sus nobles hicieron tanta bulla que la reina lo supo. Entró, pues, a la sala del banquete y dijo: «Viva el rey para siempre. Que tus pensamientos no te turben ni cambie tu semblante de color. [11] En tu reino hay un hombre en quien reside el espíritu de los dioses santos. Ya en tiempos de tu padre se comprobó que tenía intuición, inteligencia y una sabiduría semejante a la de los dioses; por eso tu padre, el rey Nabucodonosor, lo nombró jefe de los magos, adivinos y astrólogos, poniéndole por sobrenombre Beltsasar. [12] Puesto que este Daniel tiene un espíritu extraordinario, ciencia, inteligencia y arte de interpretar los sueños, de descifrar enigmas y de resolver dificultades, que se llame a Daniel y él explicará este prodigio.» [13] En seguida fue introducido Daniel a la presencia del rey. Este le dijo: «¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados que el rey, mi padre, trajo de Judá? [14] He oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses y que hay en ti luz, inteligencia y sabiduría extraordinarias. [15] Trajeron a mi presencia a los sabios y magos para que leyeran este escrito y me dieran su explicación, pero no han sido capaces de descubrirle el sentido. [16] He oído decir que tú puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Por eso, si logras leer este escrito y decirme su interpretación, serás vestido de púrpura, llevarás al cuello el collar de oro y gobernarás la tercera parte del reino.» [17] Daniel dijo al rey: «Quédate con tus regalos y da tus obsequios a otro. Leeré este escrito y también te daré a conocer su significado. [18] ¡Oh rey!, el Dios Altísimo dio a tu padre, Nabucodonosor, reino, grandeza, gloria y majestad. [19] Por esta grandeza que le dio, todos los pueblos de distintos idiomas temblaban de miedo en su presencia. Hacía desaparecer o dejaba con vida a quien se le antojaba, daba poder o se lo quitaba a quien quería. [20] Pero se puso soberbio, porfiado y arrogante; entonces fue derrocado de su trono y le fue quitada su gloria. [21] Fue expulsado de la sociedad, pues se comportaba como un bruto, y estuvo entre las fieras del campo. Comía hierba como los bueyes, vivía a la intemperie como los rebaños hasta que reconoció que el Dios Altísimo tiene en su mano los tronos de los hombres y coloca en ellos a quien quiere. [22] Pero tú, Belsasar, hijo suyo, tampoco has conservado humilde tu corazón, a pesar de que sabías todo esto. [23] Más aún, te has levantado contra el Señor del Cielo, has mandado traer los vasos de su Templo, y con tus invitados has bebido vino en ellos. Has brindado a todos tus dioses de metal y de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios de quien dependen tu vida y tu porvenir. [24] Fue él quien te mandó la mano que escribió esas palabras. [25] Estas son las palabras escritas: «Mene, Tequel y Parsin.» [26] Y éste es su significado: Mene (o sea, medido), Dios ha medido tu reino y le ha puesto fin; [27] Tequel (o sea, pesado), has sido pesado en la balanza y falta peso; [28] Parsin (o sea, partido), tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas.» [29] Entonces Belsasar ordenó que le pusieran un vestido rojo, color reservado para el rey, y un collar de oro, e hizo proclamar que le asignaba el tercer puesto en el reino. [30] Pero aquella misma noche Belsasar, rey de los caldeos, fue asesinado. [31] Y recibió el reino Darío, el medo, que tenía sesenta y dos años.Daniel es arrojado al foso de los leones

[1] Esta historia podría llamarse: El castigo de los sacrilegios.Las tres palabras indican la suerte de los que se burlan de Dios:- viene un fin que ellos no pueden aplazar;se pone de manifiesto que no hicieron durante la vida nada que sirva;desaparecen y su obra con ellos.La Biblia sabe que Dios se da a conocer no solamente por sucesos que demuestran su bondad, sino también por otros que son signos evidentes de que hay un Dios que hace justicia. A los que se burlan de él, muchas veces les tocan desdichas que vienen como respuesta a su insolencia.El autor de estos capítulos no se preocupa mucho por la realidad histórica del tiempo en que se mueven sus personajes; en realidad, Ciro es el que tomó Babilonia, pereciendo Belsasar, y Darío lo sucedió.

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