Judit 7

EL SITIO DE BETULIA

[1] Al día siguiente, Holofernes ordenó a su ejército y a todos los pueblos que se le habían unido para la guerra, poner su campamento cerca de Betulia, ocupar las pendientes de la montaña y pelear contra los israelitas. [2].Ese mismo día su ejército se puso en marcha. El número de guerreros era de ciento veinte mil de infantería y doce mil jinetes, sin contar los encargados del equipaje y la gran cantidad de hombres que iba a pie con ellos. [3].Acamparon en el valle que está cerca de Betulia, junto a la fuente, y se extendieron a lo ancho desde Dotán hasta Belmain y a lo largo, desde Betulia hasta Kiamón, que está frente a Esdrelón. [4].Cuando los israelitas vieron aquella multitud, se asustaron y se dijeron unos a otros: «Sin duda, éstos devorarán todo el país y ni los montes más altos, ni los barrancos ni las colinas, detendrán su marcha.» [5].Sin embargo, cada cual tomó su equipo de guerra, encendieron hogueras en las torres y permanecieron atentos toda la noche.
[6].El segundo día, Holofernes exhibió toda su caballería ante los israelitas que había en Betulia, [7].examinó las subidas de la ciudad y ocupó los manantiales, dejando soldados en ellos, y él volvió a su ejército.
[8].Los príncipes de Esaú, los jefes de Moab y los generales del litoral se acercaron a él y le dijeron: [9].«Escucha, señor, una palabra y no habrá ni un solo herido en tu ejército. [10].Este pueblo de los hijos de Israel confía más en las alturas de las montañas que habitan, y donde no es tan fácil subir, que en sus lanzas.
[11].Por eso, señor, si quieres ahorrar la vida de tus hombres, no pelees contra ellos. [12].Quédate en tu campamento y conserva a tu ejército. Basta que tus siervos ocupen las fuentes que brotan de la falda de la montaña. [13].Como los de Betulia se abastecen de agua de esas fuentes, la sed los destruirá y entregarán la ciudad. Nosotros y nuestro pueblo subiremos a lo alto de la montaña para vigilar que nadie salga de la ciudad. [14].Hombres, mujeres y niños, desfallecidos por el hambre, caerán en las plazas antes de que intervengas con la espada. [15].Así los habrás castigado duramente por su rebeldía y por no haber salido a tu encuentro pacíficamente.»
[16].Estos consejos agradaron a Holofernes y a sus oficiales, y Holofernes ordenó actuar conforme a ellos. [17].El ejército de los moabitas salió reforzado por cinco mil asirios, llegaron al valle y se apoderaron de los depósitos de agua y de las fuentes de los israelitas. [18].Por su parte, los edomitas y amonitas acamparon en la montaña frente a Dotán, y mandaron a algunos al sur y al este frente a Egrebel, que está al lado de Jus, sobre el torrente Mojmur. El resto del ejército asirio quedó en la llanura y cubría todo el país. Sus carpas y equipajes formaban un campamento inmenso porque era una enorme muchedumbre.

DESALIENTO Y DERROTISMO

[19].Desanimados, clamaron los israelitas al Señor, su Dios, al ver que los rodeaban sus enemigos sin que pudieran escapar. [20].Treinta y cuatro días estuvieron cercados por el ejército asirio: infantes, carros y jinetes. A los habitantes de Betulia se les acabaron las reservas de agua; [21].los pozos se agotaron y tuvieron que racionarla. [22].Los niños, las mujeres y los adolescentes desfallecían de sed y caían en las calles de la ciudad. [23].Entonces todos, hombres, mujeres, jóvenes y niños, acudieron en tropel a Ozías, y dijeron a una voz:
[24].«Que Dios sea juez entre ti y nosotros, porque tú eres el causante de estas desgracias, al no querer tratar de paz con los asirios. [25].No hay quien nos pueda socorrer ahora. Dios nos ha abandonado en manos de los asirios para morir de sed y de miseria. [26].Convoca, pues, ahora, a todos los que están en la ciudad, y entreguémonos voluntariamente al ejército de Holofernes; [27].porque es preferible vivir cautivos y bendecir al Señor, que ver expirar ante nuestros ojos a nuestras esposas y niños. [28].Te exigimos por el cielo y la tierra, por nuestro Señor y Dios de nuestros padres, que nos castiga por nuestros pecados y los de ellos, que tomes esta resolución hoy mismo.»
[29].Toda la asamblea se conmovió profundamente y clamó a Yavé, su Dios, a grandes voces.
[30].Ozías se levantó y dijo: «Tengan confianza, hermanos míos, y esperemos durante cinco días la misericordia del Señor. Quizá se apiade de nosotros y no nos abandone hasta el fin. [31].Pero, si pasado ese plazo no llega ningún socorro, haremos lo que pidieron.»
[32].Luego despidió al pueblo, y cada uno se fue a su lugar. Fueron a las murallas y torres de la ciudad y mandaron a las mujeres y a los niños a sus casas. Pero en la ciudad había un gran abatimiento.

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