Salmo 106 (105), 1 - 48

[1] ¡Aleluya! Den gracias al Señor porque él es bueno, porque su amor perdura para siempre. [2] ¿Quién contará las hazañas del Señor y hará que oigamos toda su alabanza? [3] ¡Felices los que respetan el derecho y practican la justicia en todo tiempo! [4] Acuérdate de mí, Señor, tú que amas a tu pueblo, que tu visita traiga tu salvación. [5] ¡Que veamos la dicha de tus elegidos, nos alegremos con el gozo de tu pueblo y nuestro orgullo sea él de tu familia! [6] Junto con nuestros padres hemos pecado, cometimos una falta, somos culpables. [7] Nuestros padres en Egipto no entendieron nada de tus milagros, se olvidaron de tus favores sin cuento, se rebelaron contra el Altísimo junto al Mar Rojo. [8] Pero en virtud de su nombre los salvó, para que su valentía fuera conocida. [9] Increpó al Mar Rojo y se secó, los condujo por el fondo como en el desierto. [10] Los salvó de manos del que los odiaba y los libró de manos del enemigo. [11] Las aguas cubrieron a sus adversarios ni uno solo de entre ellos escapó. [12] Entonces creyeron en sus palabras y cantaron su alabanza- [13] Pero pronto se olvidaron de sus obras y no contaron con su providencia. [14] Se despertó su gula en el desierto y en la estepa pusieron a Dios a prueba. [15] El les concedió lo que pedían, se lo dio hasta que tuvieran asco. [16] Envidiaron a Moisés, en el campamento, y a Aarón, el santo del Señor. [17] Se abrió la tierra y se tragó a Datán, se cerró sobre la banda de Abirón. [18] Un fuego se encendió contra su grupo, una llama devoró a esos malvados. [19] Luego, en Horeb se hicieron un ternero y se postraron ante un metal fundido, [20] cambiaron su Gloria por la imagen de un buey que come pasto. [21] ¡Se olvidaron de Dios que los había salvado, del que hizo grandes cosas en Egipto, [22] milagros en el país de Cam, y un prodigio asombroso en el Mar Rojo! [23] Entonces habló de exterminarlos, a no ser porque su elegido Moisés se puso en la brecha frente a El para impedir que su ira los destruyera. [24] Despreciaron una tierra de delicias, no creyeron en su palabra; [25] se quedaron en sus tiendas criticando en vez de escuchar la voz del Señor. [26] Alzó su mano sobre ellos y juró que los haría caer en el desierto, [27] dispersaría su raza entre los paganos y los esparciría entre los países. [28] Se sometieron a Baal-Peor, comieron de los sacrificios a los muertos; [29] tanto lo irritaron con esas prácticas que una plaga se desató contra ellos. [30] Entonces surgió Finjás e intervino y el flagelo se detuvo. [31] Ese fue su mérito, se lo reconoce por generaciones, para siempre. [32] Lo irritaron en las aguas de Meriba, por su culpa le fue mal a Moisés, [33] pues agriaron su espíritu y sus labios hablaron lo indebido. [34] No acabaron con los pueblos que el Señor les había ordenado; [35] se mezclaron con los paganos y aprendieron sus modos de comportarse. [36] Sirvieron a los ídolos, que fueron una trampa para ellos; [37] sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios [38] Derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, sacrificados a los ídolos de Canaán, y el país quedó manchado de sangre. [39] Se mancharon con esas acciones, se prostituyeron con tales prácticas. [40] La cólera del Señor se encendió contra su pueblo y tuvo horror de su propia gente. [41] Los entregó en manos de los paganos y los que los odiaban los dominaron. [42] Los oprimieron sus enemigos, a su yugo debieron doblegarse. [43] ¡Cuántas veces no los liberó! Pero ellos, rebeldes a sus consejos, se sumían en su culpa. [44] Mas apenas los veía en la miseria y escuchaba sus clamores, [45] se acordaba de su alianza con ellos y se compadecía según su gran amor. [46] Así hizo que de ellos se apiadaran todos los que los habían capturado. [47] Oh Señor y Dios nuestro, sálvanos, júntanos de entre las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre y sea nuestra gloria tu alabanza. [48] ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde siempre y para siempre! Que todo el pueblo diga: ¡Amén, Aleluya!

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