Salmo 124 (123), 1 - 8
– [1] De no estar el Señor en favor nuestro, que lo diga Israel, [2] de no estar el Señor en favor nuestro, cuando el mundo se tiró contra nosotros, [3] nos habrían devorado vivos en el fuego de su cólera. [4] Entonces las aguas nos habrían arrollado y el torrente, pasado por encima, [5] entonces habrían pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas. [6] Bendito sea el Señor que no nos dio por presa de sus dientes. [7] Nuestra alma como pájaro escapó de la red que puso el cazador. La malla se rompió y nosotros escapamos. [8] Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
[1] El pueblo de Dios recuerda, admirado y agradecido, las pruebas que acaba de vencer porque el Señor estaba con ellos. Invitación a la acción de gracias. En el Evangelio, de los diez leprosos sanados, sólo uno vuelve a darle las gracias al Señor. Se nos olvida dar las gracias porque no sabemos descubrir las maravillas de Dios en nuestra vida y en el mundo. Qué cosa más extraña: es en las comunidades de pobres y perseguidos donde las acciones de gracias son interminables.
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