Salmo 128 (127), 1 - 5
– [1] Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos. [2] Comerás del trabajo de tus manos, esto será tu fortuna y tu dicha. [3] Tu esposa será como vid fecunda en medio de tu casa, tus hijos serán como olivos nuevos alrededor de tu mesa. [4] Así será bendito el hombre que teme al Señor. [5] ¡Que el Señor te bendiga desde Sión: puedas ver la dicha de Jerusalén durante todos los días de tu vida! ¡Que veas a los hijos de tus hijos y en Israel, la paz!
[1] Este salmo celebra la felicidad que Dios concede al justo en su casa: le irá bien.
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