Salmo 26 (25), 1 - 12

Salmo 25 ▬▬▬ Salmo 27 ►

[1] Júzgame, Señor, y ve que seguí la senda de los perfectos. En el Señor me apoyaba y por eso no me desviaba. [2] Revísame, Señor, y ponme a prueba, pon en el crisol mi conciencia, mi corazón. [3] Tu amor lo tengo ante mis ojos y tomo en cuenta tu fidelidad. [4] Con hombres tramposos no me siento ni me meto en la casa del hipócrita. [5] Aborrezco el partido de los malos y con los malvados no me siento. [6] Lavo mis manos, que están limpias, y en torno a tu altar voy caminando, [7] mientras entono mi acción de gracias y recuerdo tus obras admirables. [8] Señor, cuánto amo la casa en que moras, y el lugar donde reside tu gloria. [9] No me confundas con las almas pecadoras, que no tenga mi vida el fin de los violentos, [10] cuyas manos están manchadas y cuyos bolsillos se llenan con sobornos. [11] Y a mí, como busco ser perfecto, rescátame, Señor, ten piedad de mí. [12] Mis pies pisan en terreno llano, bendeciré al Señor en las asambleas. Photobucket

[1] Lavo mis manos. Era un acto litúrgico; aquí es una manera de expresar que uno está libre de culpas. A continuación se leerá una oración de San Anselmo (siglo XI) para pedir la «justicia» verdadera: Dame un alma pura, recta, fiel, un conocimiento verdadero y práctico, con el amor de tus mandamientos y la facilidad para cumplirlos, de tal manera, Señor, que pueda progresar sin cesar con humildad en el camino de lo mejor y no fallar jamás. No me abandones, Señor, a mi sola voluntad, ni a la ignorancia o a la debilidad humana, ni a mis méritos, ni a nada que no sea tu cuidadosa Providencia. Que por mí y en mí se cumpla siempre solamente tu santa voluntad.

Salmo 25 ▬▬▬ Salmo 27 ►

Home

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES