Salmo 56 (55), 1 - 14

[2] Oh Dios, ten piedad de mí, que me hostilizan; me acosan asaltantes todo el día, [3] me hostigan todo el día y me miran cómo me debato. ¡Qué numerosos son mis adversarios! [4] En ti pondré, oh Altísimo, mi confianza el día que tenga miedo. [5] Renuevo mi fe en las palabras de Dios, confío en Dios y no temo más: ¿qué me puede hacer un ser de carne? [6] Oigo todo el día palabras hirientes, no piensan más que en hacerme daño. [7] Se agrupan, se ocultan, me siguen el rastro, se lanzan a la caza de mi vida. [8] Después de tanta maldad, que no se escapen, que sobre ellos recaiga, oh Dios, la furia de los paganos. [9] Tu contaste mis disgustos, recogiste mis lágrimas en tu odre. [10] Retrocederán mis enemigos el día que te invoque. Sé muy bien que Dios está conmigo. [11] Mi fe renuevo en las palabras de Dios, tengo fe en la palabra del Señor; [12] confío en Dios y no temo más, ¿qué puede hacerme un hombre? [13] No me olvido, oh Dios, de mis promesas, te ofreceré sacrificios para darte gracias, [14] porque me sacaste de la muerte; no dejaste que diera un paso en falso. En presencia de Dios seguiré caminando a la luz de los vivos.

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