Salmo 60 (59), 1 - 14

[3] Oh Dios, nos rechazaste, nos hiciste pedazos, tú estabas enojado, pero vuelve a nosotros. [4] Sacudiste la tierra, la partiste; repara sus grietas, pues se hunde. [5] Impusiste a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino embriagante. [6] Portabas la bandera de los que te temen, pero la pusiste detrás para que huyeran del arco. [7] Libera ahora a los que tú amas, sálvanos con tu diestra y respóndenos. [8] Dios ha hablado en su santuario: "Salto de gozo, voy a repartir Sichem y a lotear el valle de Sucot. [9] Míos serán Galaad y Manasés, Efraín será el casco de mi cabeza, Judá será mi bastón de mando. [10] Moab será ´la vasija en que me lavo; a Edom le lanzo mi sandalia, y oyen mi grito de guerra los filisteos.» [11] ¿Quién me guiará hasta la ciudad fuerte? ¿quién me conducirá hasta Edom? [12] ¿Quién sino tú, oh Dios, que nos rechazaste y que no sales más con nuestras tropas? [13] Danos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda del hombre. [14] Junto con Dios haremos maravillas, él pisoteará a nuestros adversarios.

[1] A lo mejor nos cuesta comprender este salmo. El pueblo ha sido humillado y le dice a Dios sin rodeos que fue por culpa de El. Pero, en seguida, en el Templo, un sacerdote o un profeta proclama una palabra de Dios reconfortante: el Señor va a ir a la guerra; sus armas serán las tribus de Israel: Galaad, Efraín, Judá... y pisoteará a los países vecinos de Edom y Moab.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES