Salmo 79 (78), 1 - 13

[1] Oh Dios, los paganos han entrado en tu heredad, han profanado tu santuario, y a Jerusalén la han dejado en ruinas. [2] Arrojaron los cuerpos de tus siervos como carroña a las aves de rapiña y la carne de tus fieles, a las fieras. [3] Derramaron la sangre como el agua en torno a Jerusalén y no había ningún sepulturero. [4] Somos una vergüenza ante nuestros vecinos, objeto de risa y burla de nuestro derredor. [5] ¿Hasta cuándo, Señor, durará tu cólera? ¿tus celos quemarán siempre como fuego? [6] Descarga tu furor sobre los paganos, sobre la gente que no te conoce, sobre los reinos que no invocan tu nombre. [7] Pues devoraron a Jacob y asolaron tu dominio. [8] No nos tengas rencor por faltas de nuestros padres, que tu misericordia corra a nuestro encuentro, pues ya no podemos más. [9] Ayúdanos, oh Dios, salvador nuestro, en atención a la gloria de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados en honor a tu nombre. [10] ¿Quieres que digan los paganos: "¿Dónde está su Dios?" Que bajo nuestros ojos conozcan los paganos cómo cobras venganza de la sangre derramada de tus siervos. [11] Que hasta ti llegue la queja del prisionero; con tu potente brazo salva a los condenados a muerte. [12] Paga a nuestros vecinos siete veces, los insultos que te lanzaron, Señor. [13] Y nosotros, tu pueblo, el rebaño de tu redil, te daremos gracias para siempre; de edad en edad diremos tu alabanza.

[1] Aquí tenemos nuevamente un salmo que nació en la persecución religiosa del tiempo de los Macabeos. A la Biblia le encanta considerar los salmos como oraciones compuestas por David. Por eso, cuando los apóstoles citan un salmo, dicen: Dios ha dicho por boca de David... De hecho, los salmos son la oración de un pueblo que ha experimentado el sufrimiento. Este salmo le recuerda a Dios que está en juego su honora, pero El ¿qué piensa? ¿Estamos nosotros siempre dispuestos a aceptar que la gloria de Dios incluye también fracasos y humillaciones ( y a veces grandes humillaciones) para su Iglesia?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES