Tobias 9

[1].Tobías llamó a Rafael y le dijo: [2].«Hermano Azarías, anda con un criado y dos camellos a Ragués. [3].Visita a Gabael, entrégale el recibo y hazte cargo del dinero; invítalo también a la boda. [4].Tú sabes que mi padre está contando los días, y si me demoro uno más lo disgustaré. [5].Por otra parte, eres testigo del juramento de Ragüel, que no puedo quebrantar.» Rafael salió para Ragués de Media y se hospedó en casa de Gabael. Le presentó el recibo y Gabael le entregó todos los sacos de dinero que estaban sellados. [6].De madrugada partieron juntos a la boda. Al entrar en la casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa; se Tobantó y abrazó a Gabael, que se echó a llorar y le bendijo así: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado y bueno, justo y limosnero! Que el Señor te conceda las bendiciones del ciclo a ti, a tu mujer, al padre y a la madre de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver un vivo retrato de mi primo Tobit.»


Tobias 10

[1].Cada mañana Tobit contaba los días de la ida y la vuelta. Cuando se cumplió el plazo y su hijo no regresaba, [2].pensó: «A lo mejor se entretuvo allá, o quizá haya muerto Gabael y no hay nadie que le entregue el dinero». [3].Y se puso triste. Ana, su esposa, decía: [4].«Mi hijo ha muerto». Y lloraba, diciendo: [5].«¿Por qué te dejé marchar, luz de mis ojos?» [6].Tobit le dijo: «Cálmate, hermana, no te preocupes. El está bien.» Ella replicó: [7].«Sí, mi hijo ha muerto, no me engañes». Y todos los días salía al camino por donde se había ido su hijo. De día no comía y en las noches lloraba sin poder dormir.
[8].Cuando pasaron los catorce días que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías se presentó a él y le dijo: «Déjame regresar, porque seguramente mis padres deben pensar que ya no me verán más.» [9].Ragüel le respondió: «Quédate conmigo y yo mandaré mensajeros a tu padre para darle noticias tuyas.» Tobías dijo: «No. Déjame ir al lado de ellos.» [10].Entonces Ragüel le entregó a su esposa Sara y la mitad de todos sus bienes: bueyes, carneros, burros, camellos, ropas, plata y utensilios, [11].y los despidió con alegría. Al despedirse de Tobías le dijo: «Adiós, hijo, buen viaje. Que el Señor te guíe a ti y a tu esposa Sara por buen camino. ¡Ojalá alcance a ver a tus hijos antes de morir!»
[12].A su hija Sara le dijo: «Respeta a tus suegros, pues desde ahora son tus padres, igual que nosotros, que te dimos la vida. Anda en paz, hija, y que siempre tenga buenas noticias tuyas.» Los abrazó y les dejó partir. Por su parte, [13].Edna dijo a Tobías: «Hijo querido, ¡ojalá vuelvas para que yo vea a tus hijos antes de morir! Confío mi hija a tu protección. No le causes tristezas.»
[14].Tobías salió de casa de Ragüel bendiciendo a Dios, que había lTobado su viaje a un tan feliz éxito, y bendijo a Ragüel y a su esposa Edna.

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