1A Reyes 21, 1 - 29

LA VIÑA DE NABOT

[1] Nabot, un hombre de la ciudad de Jezrael, tenía una viña que estaba al lado del palacio de Ajab, rey de Samaria. [2] Ajab dijo a Nabot: «Déjame tu viña, para que me sirva de huerto para hortalizas, ya que está junto a mi casa. Yo te daré por ella una viña mejor o, si te parece bien, te la pagaré como es debido.» [3] Nabot le respondió: «Líbreme Dios de que vaya yo a dar la herencia de mis padres.» [4] Ajab, pues, se fue a su casa triste y enojado por la respuesta de Nabot, que quería guardar la herencia de sus padres. Se acostó sin querer comer y con la cara hacia la pared. [5] Jezabel, su esposa, vino a verlo y le preguntó: «¿Por qué estás triste y no comes?» [6] El le respondió: «Estuve conversando con Nabot para que me vendiera su viña o si prefería me la cambiara por otra viña más buena, pero me respondió: No quiero dártela.» [7] Su esposa Jezabel le contestó: «¡Y tú eres el que manda en Israel! Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot de Jezrael.» [8] Jezabel escribió cartas en nombre de Ajab y les puso el sello de éste. Envió las cartas a los ancianos y a la gente importante que vivían junto a Nabot. [9] En las cartas decía: «Ordenen un ayuno con una asamblea y hagan que Nabot se siente al frente de la reunión general de la ciudad. [10] Traigan a dos malvados que declaren en su contra: Nabot ha maldecido a Dios y al rey. Y luego échenlo fuera de la ciudad y tírenle piedras hasta que muera.» [11] Los ancianos y dirigentes de la ciudad donde vivía Nabot hicieron lo que Jezabel había ordenado en las cartas que les había escrito. [12] Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot ante el pueblo. [13] Entonces los malvados se pusieron delante de él y lo acusaron diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey.» Lo hicieron salir de la ciudad y lo mataron a pedradas. [14] Enviaron a decir a Jezabel: «Nabot fue apedreado y murió. » [15] Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Ajab: «Levántate y toma posesión de la viña de Nabot, el de Jezrael, que no te la quiso vender por dinero, pues ya no vive, ha muerto.» [16] Apenas escuchó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot para tomar posesión de ella. [17] Una palabra de Yavé llegó a Elías de Tisbé, diciéndole: [18] «Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel en Samaria. Está en la viña de Nabot, para tomar posesión de ella. [19] Le dirás esto de mi parte: ¿Así que, después de matar, te adueñas de la herencia? Luego le dirás: En el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán la tuya.» [20] Ajab dijo a Elías: «¡Me encuentras aquí, enemigo mío!» Este respondió: «Aquí te encuentro, porque tú has actuado como un pérfido y has hecho lo que no le gusta a Yavé. [21] Por eso yo mismo traeré el mal sobre ti. Barreré tu descendencia y exterminaré todo varón de tu familia. [22] Tu descendencia desaparecerá como la de Jeroboam y la de Basá, porque arrastraste a tu pueblo al pecado y a mí me has enojado. Tus hijos no serán sepultados. [23] A los de tu familia que mueran en la ciudad se los comerán los perros y a los que mueran en el campo se los comerán las aves de rapiña. [24] También ha hablado Yavé contra Jezabel, tu esposa. Los perros comerán a Jezabel en el campo de Jezrael.» [25] No hubo como Ajab, que se prestara a hacer el mal a los ojos de Yavé, instigado por su esposa Jezabel. [26] Su proceder fue muy abominable, ya que seguía a los repugnantes ídolos, igual que los amorreos, a quienes Yavé quitó el país para dárselo a Israel. [27] Cuando Ajab oyó estas palabras, rasgó sus ropas y se puso un saco sobre el cuerpo, ayunó y se acostó con el saco puesto, y andaba cabizbajo. [28] Yavé habló a Elías de Tisbé y le dijo: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab en mi presencia? [29] Por ello no mandaré el castigo durante su vida; en vida de su hijo la desgracia caerá sobre su familia.»

--------------------------------------------------------------------------------

[1] Nabot guarda su viña, más por respeto a la herencia de sus padres que por conveniencia personal. Ordenen un ayuno (9). A lo mejor Jezabel aprovechó una calamidad del momento, sequía o peste. Los ancianos de la ciudad deben convocarlos a todos para un ayuno solemne y una asamblea donde se buscará «al que atrajo este castigo de Dios». El culpable tendrá que ser Nabot, y de ese modo Jezabel lo hará matar legalmente. Así que, además de matar, tomas la herencia (19). El crimen de Ajab no es peor que el de David al hacer morir a Urías, para tomar a su esposa (2 Sam 12). Elías viene a Ajab como Natán había ido a reprender a David. Y también se habla del arrepentimiento de Ajab. Sin embargo, sólo con David Dios se comprometió a no «barrer» nunca su descendencia.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES