2a Crónicas 26, 1 - 23

OZÍAS

[1] Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y lo proclamaron rey en lugar de su padre, Amasías. [2] Reconstruyó Elat y la devolvió a Judá, después que el rey se hubo acostado con sus padres. [3] Ozías tenía dieciséis años cuando empezó a reinar y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre, Jecolía, era de Jerusalén. [4] Hizo lo que es bueno delante de Yavé, como lo había hecho su padre, Amasías. [5] Buscó a Dios durante la vida de Zacarías, que enseñaba el temor de Dios; y mientras buscó a Yavé, Dios le dio prosperidad. [6] Salió a pelear contra los filisteos y los obligó a arrasar una parte de las murallas de Gat, de Jabné y de Asdod; luego construyó ciudades frente a Asdod y a los filisteos. [7] Dios lo asistió contra los filisteos, contra los árabes que vivían en Gur-Baal y contra los maonitas. [8] Los maonitas pagaron tributo a Ozías y su fama llegó hasta la frontera de Egipto porque se había hecho sumamente poderoso. [9] Ozías construyó torres en Jerusalén sobre la Puerta del Angulo, sobre la Puerta del Valle y en el Angulo y las fortificó. [10] Construyó torres en el desierto y excavó muchas cisternas, pues tenía numeroso ganado en la tierra baja, y en la llanura, así como labradores y viñadores en las montañas y en los campos fértiles, porque se interesaba por la agricultura. [11] Ozías tenía un ejército que hacía la guerra; eran tropas que salían a campaña por grupos, conforme al número de su censo hecho bajo la vigilancia de Jejiel, el escriba, y Maseías, el notario, a las órdenes de Janaías, uno de los jefes del rey. [12] El número total de los jefes de familias paternas entre estos valientes era de dos mil seiscientos. [13] A sus órdenes estaba un ejército de trescientos siete mil quinientos hombres que hacían la guerra con gran valor, para ayudar al rey contra el enemigo. [14] Ozías proporcionó a todo aquel ejército escudos, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas para tirar piedras. [15] Hizo construir en Jerusalén máquinas inventadas por un ingeniero, que colocó en las torres y en los ángulos de los muros para disparar saetas y piedras grandes. Su fama se extendió lejos porque fue prodigioso el modo como supo buscarse colaboradores hasta hacerse fuerte. [16] Pero una vez fortalecido en su poder, se puso muy orgulloso hasta corromperse; desobedeció a Yavé, su Dios, entrando en el templo de Yavé para quemar incienso sobre el altar del incienso. [17] Fue tras él Azarías, el sacerdote, y con él ochenta sacerdotes de Yavé, hombres valientes, [18] que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: «No te corresponde a ti, Ozías, quemar incienso a Yavé, sino a los sacerdotes, los hijos de Aarón que han sido consagrados para quemar el incienso. Sal del santuario, porque estás renegando, lo que no te merecerá honor ante Yavé tu Dios.» [19] Entonces Ozías, que tenía en la mano un incensario para ofrecer incienso, se enfureció y mientras que se enojaba contra los sacerdotes brotó la lepra en su frente, a vista de los sacerdotes, en la Casa de Yavé, junto al altar del incienso. [20] El sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes, al mirarlo, vieron que tenía lepra en la frente. Por lo cual lo echaron de allí rápidamente; y él mismo se apresuró a salir porque Yavé lo había herido. [21] El rey Ozías quedó leproso hasta el día de su muerte y vivió en una casa aislada como leproso, porque había sido excluido de la Casa de Yavé; su hijo Jotam estaba al frente de la Casa del rey y gobernaba al pueblo. [22] El resto de los hechos de Ozías, del comienzo al fin, los escribió el profeta Isaías, hijo de Amís. [23] Al fin fue Ozías a descansar con sus padres, y lo sepultaron en el terreno donde está el sepulcro de los reyes, porque decían: «Es un leproso.» En su lugar reinó su hijo Jotam.

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