Deuteronomio 16

LAS TRES FIESTAS DE ISRAEL

[1] Nota el mes de Abib para celebrar en él la Pascua en honor de Yavé, ya que en ese mes te sacó de Egipto, durante la noche. [2] En la Pascua sacrificarás a Yavé bueyes y ovejas en el lugar que El haya elegido para morada de su nombre. [3] En la cena de Pascua no comerás pan con levadura, sino que, durante siete días, comerás pan ázimo, pan de miseria; porque la salida de Egipto se hizo en forma precipitada. Así te acordarás todos los días de tu vida del día en que saliste de Egipto. [4] Por siete días no se verá la levadura en todo tu territorio; y de la carne que hayas sacrificado la tarde del primer día no quedará nada para el día siguiente. [5] No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que Yavé te dará, [6] sino sólo en el lugar elegido por él para morada de su Nombre. [7] Sacrificarás la víctima de la Pascua por la tarde, a la puesta del sol, a la hora que saliste de Egipto. La asarás y la comerás en el lugar elegido por Yavé, tu Dios, y luego, por la mañana te volverás a tu casa. [8] Comerás panes ázimos durante seis días; el día séptimo celebrarás una reunión solemne en honor a Yavé y no trabajarás. [9] Luego contarás siete semanas; las contarás desde el día en que comiences a cortar el trigo. [10] Entonces celebrarás la fiesta de las Siete Semanas a Yavé, tu Dios, haciéndole ofrendas voluntarias según lo que hayas cosechado por la gracia de Yavé, tu Dios. [11] En el lugar que Yavé haya elegido para morada de su Nombre, estarás de fiesta, y contigo tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita que vive en tus ciudades, el forastero, el huérfano y la viuda que viven entre ustedes. [12] Te acordarás de que fuiste esclavo en Egipto y cuidarás de poner en práctica estos preceptos. [13] Celebrarás también la fiesta de las Tiendas durante siete días, después de recoger el producto de tu era y de tu lagar.[14] Durante esta fiesta te alegrarás, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el forastero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad. [15] Siete días durará esta fiesta en honor a Yavé, en el lugar elegido por él; pues Yavé te bendecirá en todas tus cosechas y en toda obra de tus manos, así que te darás todo a la alegría. [16] Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante Yavé, tu Dios, en el lugar elegido por él: en la fiesta de los Azimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los Tabernáculos. Y no se presentarán con las manos vacías, [17] sino que cada uno ofrecerá en proporción a lo que tenga, según la bendición que Yavé le haya otorgado.

REFERENTE A LA JUSTICIA

[18] Establecerás jueces y magistrados para tus tribus en cada una de las ciudades que Yavé te dé, para que juzguen al pueblo según la justicia. [19] No torcerás el derecho ni te fijarás en la condición de las personas. No aceptarás regalos, porque los regalos ciegan los ojos de los sabios y se hacen en perjuicio de los justos. ¡Justicia! [20] Busca la justicia si quieres vivir y conservar la tierra que te da Yavé, tu Dios. [21] No plantarás tronco sagrado ni árbol alguno cerca del altar que levantes para tu Dios. [22] Tampoco levantarás piedras, porque Yavé aborrece estas cosas.

[1] Lo que se refiere a las fiestas se parece a lo expresado en Lev 23. Nótese la insistencia sobre la obligación de celebrar esta fiesta «en el lugar que Yavé haya escogido», es decir, en Jerusalén. De ahí la peregrinación de los judíos a Jerusalén, a lo menos con ocasión de la Pascua. Jesús mismo observará esa Ley que obliga a todos los varones, a partir de los doce años (ver Lucas 2,41). En varios lugares del Evangelio leemos: «Jesús subió a Jerusalén para la Fiesta» (Juan 2,13; 5,1).

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[22] Este párrafo habla de los diezmos, o sea, de esa décima parte de las cosechas que se ofrece a Dios. El Deuteronomio hace de la ofrenda una base de la vida del creyente. En otras partes de la Biblia se recalcará que «el justo tiene compasión, da y presta; y que, por fin, posee la tierra», mientras «el impío pide prestado y no devuelve, y al final es arrancado de la tierra» (Sal 37). El que sabe dar, no derrocha; se conforma con lo que tiene y no le falta nada; mientras que el que se niega a dar nunca tiene bastante ni se siente feliz (Pro 11,24). (Ver también 2 Cor 9,6.)El mismo espíritu inspira el capítulo 15 sobre el año sabático (ver Lev 25,1).

ila� 3 , e P� � � ble impedir que los santuarios de Yavé se prestaran a muchos abusos e influencias de los cultos paganos. Esta unificación del culto formaba parte del gran proyecto del rey Josías: reunir el antiguo reino del norte con el reino de Judá (1 Re 23, 8-9).¿Por qué quiso Dios un solo Templo? Aparentemente, por las mismas razones por las que quiso hacer sus promesas a una sola familia de reyes, la de David. Es que Israel primero y la Iglesia después tienen que ser en el mundo un signo de unidad. Si bien es cierto que el creyente puede dirigirse a Dios en cada momento y de cualquier manera que le dicte su fe, sin embargo tendrá que respetar la voluntad de Dios de que un solo pueblo lo sirva en su Unica Casa, su Iglesia.El párrafo 12,13-19 establece la distinción entre matar animales para ofrecerlos en sacrificio, que estaba permitido sólo en el Templo de Jerusalén, y matarlos para aprovechar la carne, cosa que se puede hacer en cualquier lugar.

[29] Nueva advertencia contra el peligro de la idolatría.

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