Deuteronomio 31

JOSUÉ SUCESOR DE MOISÉS

[1] Moisés fue a decir estas palabras a todo Israel. Luego les dijo: [2] «Tengo ya ciento veinte años. Ya se me van las fuerzas y Yavé me advirtió que no pasaría el río Jordán. [3] Pero ahora Yavé, tu Dios, irá delante de ti; él destruirá a tu vista estas naciones y tú las desalojarás. Es Josué quien estará al frente de ustedes, como ya lo tiene dicho Yavé. [4] Yavé tratará a estas ciudades tal como trató a Sijón y a Og, los reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó. [5] Así, pues, cuando les haya entregado estas naciones ustedes harán lo mismo, según les tengo mandado. [6] Sean valientes y firmes, no teman ni se asusten ante ellos, porque Yavé, tu Dios, está contigo; no te dejará ni te abandonará.» [7] Después de esto, Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: «Sé valiente y firme, tú entrarás con este pueblo en la tierra que Yavé, hablando a sus padres, juró darles; y sortearás la parte que le corresponderá a cada uno. [8] Yavé irá delante de ti. El estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas, pues, ni te desanimes.» [9] Moisés puso esta Ley por escrito y se la entregó a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el Arca de la Alianza de Yavé, así como también a todos los jefes de Israel, [10] dándoles esta orden: «Cada siete años, en el año de la Remisión, en el tiempo fijado que es la fiesta de las Tiendas, [11] cuando todo Israel se junte para presentarse ante Yavé en el lugar elegido por él, ustedes leerán esta Ley en presencia de todo Israel. [12] Reúne al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que vive en tus ciudades, para que escuchen, aprendan a temer a Yavé y cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley. [13] Tus hijos, que todavía no la conocen, la oirán y aprenderán a temer a Yavé, tu Dios, todos los días que vivan en el país que vas a conquistar después de pasar el Jordán. [14] Yavé dijo a Moisés: «Ya se acerca el día en que vas a juntarte con tus padres. Llama a Josué y preséntense los dos en la Tienda de las Citas, para que yo le dé mis órdenes.» Moisés fue con Josué y se presentaron en la Tienda de las Citas. [15] Yavé se les apareció en la Tienda, en la columna de nube; la columna estaba a la entrada de la Tienda. Y Yavé dijo a Moisés: [16] «Apenas hayas ido a descansar con tus padres, este pueblo empezará a rebelarse y se prostituirá siguiendo a dioses extraños. Me abandonarán y romperán la Alianza que tengo pactada con ellos. [17] Aquel día me enojaré contra ellos, los abandonaré y les ocultaré mi rostro; entonces no les quedará más que ser devorados, y los alcanzarán muchos males y adversidades. Aquel día dirán: ¿No me habrán llegado estos males porque mi Dios ya no está en medio de nosotros? [18] Pero yo ocultaré mi rostro aquel día a causa de todo el mal que habrán hecho yéndose detrás de otros dioses. [19] Escribe, pues, este libro y enséñaselo a los hijos de Israel para que lo recen de memoria. Este cántico me servirá de testimonio contra los hijos de Israel. [20] Pues los estoy llevando a la tierra que bajo mi juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer hasta saciarse y engordar bien, se volverán hacia otros dioses, les darán culto y a mí me despreciarán y romperán mi Alianza. [21] Y cuando les sucedan males y calamidades sin número, este cántico dará testimonio contra ellos, ya que sus descendientes no lo olvidarán. Pues conozco esa gente y no se me escapan sus malas disposiciones cuando todavía no han entrado en la tierra que les tengo prometida.» [22] Moisés, pues, escribió aquel día este cántico y se lo enseñó a los hijos de Israel. [23] Luego dio orden a Josué, hijo de Nun: «Sé valiente y firme, porque tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les tengo prometida, y yo estaré contigo.» [24] Cuando terminó de escribir en un libro las palabras de esta Ley, [25] Moisés dio esta orden a los levitas que llevaban el Arca de la Alianza de Yavé: [26] «Tomen el libro de esta Ley y pónganlo al lado del Arca de la Alianza de Yavé, nuestro Dios. Allí quedará como testimonio contra ustedes. [27] Porque yo conozco su espíritu rebelde y su cabeza dura. Si hoy, que vivo yo entre ustedes, son rebeldes a Yavé, ¿cuánto más lo serán después de mi muerte? [28] Reúnan junto a mí a todos los ancianos y los oficiales de todas las tribus, que voy a pronunciar en sus oídos estas palabras, y pediré al cielo y la tierra que sean testigos contra ellos. [29] Porque sé que después de mi muerte obrarán perversamente y se apartarán del camino que les he señalado, y la desgracia vendrá sobre ustedes en el futuro por haber hecho lo que es malo a los ojos de Yavé, enojándolo con sus obras.» [30] Luego, ante toda la asamblea de Israel, Moisés recitó este cántico hasta el fin:

[1] Los últimos capítulos contienen varios recuerdos referentes a Moisés.El cántico del capítulo 32 es el canto al amor incesante de Yavé, que conduce toda la historia de Israel.- Yavé elige a Israel (7-9).- Lo conduce por el desierto hacia la tierra prometida (10-14).- Israel satisfecho rechaza a Dios y se hace ídolos (15,18).- Yavé se convierte en adversario de Israel (22-30).- El pueblo, humillado y desterrado, debe contar con la compasión de Yavé, que al final lo liberará y lo hará triunfar de los malos (31-43).Fija las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Dios. No siempre los israelitas veían en forma negativa a los pueblos que los rodeaban. Sus dioses no eran Dios, como lo era Yavé. Solamente eran hijos de Dios, o sea seres divinos, o ángeles de Yavé. El les había encargado a cada uno su pueblo, reservándose para sí mismo a Israel.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES