Josué 2, 1 - 24

LA HISTORIA DE RAHAB [1] Josué hizo salir secretamente desde Setim a dos exploradores con la siguiente orden: «Vayan y observen bien el terreno y la ciudad de Jericó.» Los exploradores fueron y tan pronto llegaron a Jericó se hospedaron en casa de una prostituta llamada Rahab. [2] Pero alguien le dijo al rey de Jericó: «Unos israelitas han entrado aquí esta noche para espiarnos.» [3] Entonces el rey de Jericó mandó a decir a Rahab: «Expulsa a esos hombres que están en tu casa, porque vinieron a observar el país.» [4] Pero la mujer los había escondido, y respondió: «Es verdad que llegaron a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran. [5] Y al anochecer, poco antes de que se cerraran las puertas de la ciudad, se fueron. No sé a dónde se marcharon, pero dense prisa y seguramente los alcanzarán.» [6] La mujer los había escondido en la techumbre de la casa, tapándolos con paquetes de lino que allí guardaba. [7] Los perseguidores los buscaron por el camino que lleva al valle del Jordán y, en cuanto salieron, se cerraron las puertas de la ciudad. [8] La mujer subió entonces a donde tenía escondidos a los exploradores de Josué y les dijo: [9] «Sé que Yavé, el Dios de ustedes, les ha entregado este país; estamos asustados y los habitantes del país tiemblan ante ustedes. [10] Pues hemos sabido que Yavé secó las aguas del mar Rojo para que pudieran pasar al salir de Egipto. Sabemos cómo trataron a los dos reyes de los amorreos que vivían al otro lado del Jordán, a Sijón y a Og, a los que ustedes exterminaron por anatema. [11] Estas noticias nos han asustado, y todos se quedan sin ánimo ante ustedes porque Yavé es Dios arriba en los cielos como abajo en la tierra. [12] Por lo tanto, júrenme por Yavé que así como yo he sido leal con ustedes, también ustedes lo serán con mi familia [13] y respetarán la vida de mi padre, de mi madre, de mis hermanos y hermanas, con todo lo que les pertenece.» [14] Los hombres respondieron: «Siempre que ustedes no descubran nuestro propósito, te devolveremos vida por vida cuando Yavé nos entregue este país, y actuaremos contigo con generosidad y con lealtad.» [15] Después de esto, los bajó con una cuerda por la ventana, ya que su casa estaba pegada al muro de la ciudad. [16] Pero les dijo: «Diríjanse hacia los cerros para que no los sorprendan los que los andan persiguiendo. Permanezcan escondidos allí por tres días, hasta que regresen ellos, y luego prosigan su camino.» [17] Ellos respondieron: «Mira en qué forma cumpliremos nuestro juramento; [18] cuando entremos en este país, tú colgarás esta cinta roja como señal en la ventana por donde hemos huido. Reúne en tu casa a tu padre, madre, hermanos y a todos tus parientes. [19] Si alguno de ellos sale de la casa, él será el único responsable de su muerte y no podrá culpársenos a nosotros. Pero si matan a alguno de los que contigo estén en tu casa, que venga sobre nosotros el castigo por su muerte. [20] Cuídate de revelar nuestro plan; si no, quedaremos desligados del juramento que nos has exigido.» [21] Rahab les dijo: «Así sea.» Se despidió de ellos y colgó en la ventana la cinta roja. [22] Los hombres se dirigieron a los cerros y allí se escondieron por tres días, hasta que sus perseguidores regresaron. Estos los habían buscado por todas partes sin hallarlos. [23] Entonces los dos hombres volvieron y bajaron de los cerros y, cruzando el río Jordán, se presentaron a Josué, hijo de Nun, dándole cuenta de su misión y de todo lo que les había sucedido. Dijeron a Josué: [24] «Yavé ha puesto en nuestras manos todo este país; sus habitantes tiemblan ya ante nosotros.»

[1] Una prostituta recibe a los espías de Josué y ellos le prometen perdonarle la vida a ella y a todo su grupo familiar. Las murallas enormes de Jericó habían sido destruidas un siglo antes, y la población se había instalado de nuevo adentro sin repararlas. Imaginemos a toda esa gente reunida en una casa edificada con las mismas ruinas de la muralla. Este acontecimiento menor tiene valor de signo. El autor del libro pone en boca de Rahab una declaración de fe en Yavé, el Dios que vive y que va a entregar el país al pueblo hebreo. A causa de esta fe, Rahab será salvada.La tradición judía la reconocía como antepasada del rey David, y el Evangelio la nombra en la genealogía de Jesús (Mateo 15).*@*ANTIGUO TESTAMENTO\Jos\3.[1] No siempre el Jordán ha sido la frontera del país de Israel: según las victorias o las derrotas, Israel poseía las tierras al este del Jordán o perdía las ubicadas al oeste. Sin embargo el Jordán ha representado siempre la frontera de la Tierra Prometida para el pueblo de Dios. Así es como vemos que las tribus de Rubén y de Gad, ya instaladas al este del río, son obligadas por Moisés y luego por Josué a franquear el río con sus hermanos: es sólo con esta condición que serán también considerados como verdaderos herederos de la Tierra Prometida. Esto explica por qué el paso del Jordán tras Josué tuvo una importancia tan grande tanto en la tradición judía como en la cristiana. En esta travesía, igual que en la del Mar Rojo, vemos que Dios es el único gran actor de la entrada en la Tierra Prometida. En el momento en que los portadores del Arca, en la cual descansa la Gloria de Yavé, tocan las aguas del río, es cuando éstas dejan de correr. Y cuando los portadores salen del río, una vez que ha pasado todo el mundo, las aguas retoman su curso.De esta manera Dios, llevado en su Arca, abre y cierra la puerta de la Tierra Prometida (Ap 3,7). Del mismo modo Jesús, nueva arca de la alianza en quien reside la plenitud de la divinidad (Col 2,9), bajará a las aguas del Jordán para abrir a los hombres las puertas de la nueva Tierra Prometida.Si reconocemos tanto en el paso del Jordán como en la travesía del Mar Rojo un símbolo del bautismo, debemos antes que nada recalcar que este relato nos proporciona una de las claves principales del libro de Josué. A pesar de las apariencias, este libro del Antiguo Testamento no es un informe militar de las conquistas de Josué; es más bien un libro litúrgico. A lo largo de todo el libro es Dios quien está actuando: él es quien concede o retira sus bendiciones de acuerdo a la fidelidad o infidelidad de su pueblo. Y cuando el libro llega a su fin, vemos que se invita al pueblo a una profesión de fe solemne (Jos 24). Cada vez que la Iglesia nos invita como Josué a renovar nuestra profesión de fe, ya sea en el bautismo o en la Vigilia pascual, retomamos una larga tradición del pueblo de los creyentes.Se detuvieron las aguas formando como una represa muy lejos de aquel lugar (16). Dos o tres veces, en los últimos siglos, se produjeron semejantes derrumbes de terrenos en el valle del Jordán más arriba de este sector, que dejaron seco el río por espacio de algunas horas, hasta que la corriente venció el obstáculo. Podemos pensar que fue un fenómeno semejante lo que permitió a Josué y a su pueblo entrar en la Tierra Prometida atravesando a pie el lecho seco del río.¿Qué significan para ustedes estas piedras? (21) ¿Qué significa tal monumento, tal fiesta? Y cada vez se contestaba narrando algún acontecimiento en que Yavé había socorrido a su pueblo. Con semejantes preguntas se enseñaba la fe en Israel; el israelita no sabía mucho de religión, pero cada lugar de su país le recordaba que Dios era el salvador de su pueblo. Josué establece su campamento en Guilgal. De ahí organiza sus asaltos, y lo veremos volver a Guilgal después de cada victoria, antes que se reúnan las fuerzas cananeas.Es fácil ver que se funden aquí varios relatos que no concuerdan en todo. ¿Se pusieron doce piedras en el campamento (4,3), o se colocaron en el lecho del Jordán (4,9)? Poco importa. A lo mejor estas piedras ya estaban antes que Josué y los israelitas y formaban el santuario de un lugar de culto pagano, muy cerca de Guilgal. Pero, después de la conquista, los sacerdotes quisieron darles una significación religiosa de acuerdo con la fe, como ya vimos en Ex 12,15.

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