Jueces 1, 1 - 36

[1] Después de la muerte de Josué, los israelitas hicieron a Yavé esta consulta: «¿Quién de nosotros subirá primero donde los cananeos para combatirlos?» Yavé les respondió: [2] «Que vayan primero los de la tribu de Judá, y les entregaré el país.» [3] Entonces los de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: «Ayúdennos a conquistar la parte del país que nos corresponde y, después, conquistaremos juntos la de ustedes.» Así que empezaron la guerra juntos. [4] Cuando los hombres de Judá atacaron a los cananeos y a los fereceos, Yavé se los entregó; en Bezec derrotaron a diez mil hombres. [5] En Bezec se encontraron con el señor de Bezec y pelearon contra él. [6] El señor de Bezec se dio a la fuga, pero ellos lo persiguieron, le echaron mano y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies. [7] El señor de Bezec declaró: «Setenta reyes a quienes corté los pulgares de pies y manos recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me devuelve lo que hice yo.» Lo llevaron a Jerusalén y allí murió. [8] Los de Judá atacaron la ciudad de Jerusalén y, después de matar a sus habitantes, quemaron la ciudad. [9] Luego bajaron de Jerusalén para atacar a los cananeos que habitaban en los cerros, en el Negueb y en la llanura. [10] También atacaron a los cananeos que vivían en Hebrón (Hebrón se llamaba entonces Quiriat Arbé), y derrotaron a Sesaf, a Ajimán y a Tolmaí. [11] De allí marcharon contra los habitantes de Debir, que se llamaba Quiriat Sefer. [12] Entonces Caleb hizo la siguiente promesa: «Al que tome Quiriat Sefer le daré por esposa a mi hija Axá.» [13] Fue Otoniel quien tomó la ciudad; ése era hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb, el cual le dio por esposa a su hija Axá. [14] En cuanto llegó Axá, sugirió a Otoniel que pidiese a su padre un campo. Ella se bajó de su burro y Caleb le preguntó: «¿Qué quieres?» [15] Ella respondió: «Hazme un favor; ya que me has dado el desierto de Negueb, dame también las Fuentes de Agua.» Y Caleb le dio las Fuentes de Arriba y las de Abajo. [16] También los hijos del Quenita, suegro de Moisés, subieron con la gente de Judá desde la ciudad de las Palmeras a esa parte del desierto de Judá que limita con el Negueb de Arad, y se quedaron entre ellos. [17] Los de Judá y sus hermanos de la tribu de Simeón atacaron a los cananeos que habitaban en Sefat y sacrificaron la ciudad en honor de Yavé. Por esto, la ciudad se llamó «Anatema». [18] Judá se apoderó de Gaza, de Ascalón y de Acarón con sus territorios respectivos. [19] Si bien conquistaron la zona montañosa con la ayuda de Yavé, no pudieron desalojar a los habitantes de la llanura, los cuales combatían con carros de hierro. [20] Siguiendo las órdenes de Moisés, dieron la ciudad de Hebrón a Caleb, el mismo que había echado de allí a los tres hijos de Enac. [21] En cambio, la tribu de Benjamín no logró expulsar a los jebuseos que habitaban en Jerusalén; éstos se han quedado en Jerusalén hasta el día de hoy. [22] La gente de José subió en dirección de Betel con la ayuda de Yavé. [23] Enviaron espías hacia Betel, llamada antiguamente Luz, [24] y éstos, divisando a un hombre que salía de la ciudad, le dijeron: «Dinos cómo se puede penetrar en la ciudad, y no te mataremos.» [25] El se lo indicó. Entraron y pasaron la ciudad a cuchillo, pero dejaron libre a aquel hombre y a toda su familia. [26] El hombre se fue al país de los heteos, donde construyó una ciudad a la que llamó Luz. Y así se llama todavía hoy. [27] Sin embargo, la tribu de Manasés no desalojó a la gente de Betsán y de Tanac, ni a los habitantes de Dor,de Jibleam y de Meguido.En estas ciudades y en los pueblos que de ellas dependen, los cananeos se mantuvieron firmes y conservaron sus tierras. [28] Pero,cuando los israelitas se sintieron más fuertes, exigieron impuestos a los cananeos, los cuales permanecieron en su lugar. [29] Tampoco la tribu de Efraím expulsó a los cananeos que habitaban en Gazer, [30] ni la tribu de Zabulón a los habitantes de Quetrom y de Nalol. Estos cananeos permanecieron entre ellos, pero tuvieron que pagar impuestos. [31] Los de Aser no expulsaron a la gente de Acó ni de Sidón, a los de Majaleb ni de Aczib, de Jelba ni de Afec y de Rejob. [32] La tribu de Aser tuvo que habitar en medio de los cananeos que ocupaban su territorio, ya que no pudo quitarles esa provincia. [33] Lo mismo la tribu de Neftalí, al no poder echar a los habitantes de Bet-Semés y de Bet Anat, tuvo que establecerse en medio de los cananeos que habitaban la región; pero éstos tuvieron que pagarles impuestos. [34] Los amorreos no dejaron bajar a la llanura a los hijos de Dan, que permanecieron en los cerros. [35] También los amorreos se mantuvieron en Har-Jerés, en Ayalón y en Selebín, pero cuando la tribu de José se sintió más fuerte, los obligó a pagar impuestos. [36] El territorio de estos amorreos se extendía desde la subida de Acrabim y desde Sela, hacia arriba.

[1] El primer capítulo proporciona algunas luces sobre la conquista. No fue triunfal, como aparece en el libro de Josué, sino lenta y difícil. Los israelitas no cumplieron con el mandato de exterminar a los paganos, lo que hubiera protegido la fe en el Dios único. Al contrario, las relaciones pacíficas prepararon la idolatría.Compárense 8 y 21: estos datos no son todos seguros.

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