Jueces 2, 1 - 23

[1] El Angel de Yavé subió de Guilgal a Boquím, donde estaban reunidos los israelitas y les dijo: «Yo los saqué de Egipto y los traje a la tierra que les había prometido a sus padres. Les había dicho: "No romperé jamás mi alianza con ustedes, [2] pero ustedes no harán alianza con los cananeos, sino que destruirán sus altares." Pues bien, ustedes no han obedecido. [3] ¿Por qué se portaron así? Ahora yo no expulsaré a estos pueblos ante ustedes. Ellos serán sus opresores y los dioses serán una trampa para ustedes.» [4] Cuando terminó de hablar el Angel de Yavé, todos los israelitas comenzaron a llorar a gritos. [5] Por eso llamaron a aquel lugar Boquím, que significa «los que lloran», y ofrecieron sacrificios a Yavé. [6] Josué despidió al pueblo y los israelitas se fueron cada uno a su heredad para ocupar el país. [7] El pueblo sirvió a Yavé en vida de Josué y de los jefes que le sobrevivieron y que habían sido testigos de todas las grandes hazañas de Yavé en favor de Israel. [8] Josué, hijo de Nun, siervo de Yavé, murió a la edad de ciento diez años. [9] Lo enterraron en el término de su heredad, en Timna-Heres, en los cerros de Efraím, al norte de la montaña de Gaas. [10] Toda aquella generación murió y le sucedió otra que no conocía a Yavé ni lo que había hecho por Israel. LA MORALEJA DEL LIBRO [11] Los israelitas se portaron muy mal con Yavé y sirvieron a los Baales. [12] Abandonaron a Yavé, Dios de sus padres, que los hizo salir de Egipto, y sirvieron a otros dioses de los pueblos vecinos. Se postraron ante esos dioses y ofendieron a Yavé. [13] Al ver Yavé que lo abandonaban para servir a Baal y a Astarté, se enojó contra su pueblo, entregándolo en manos de saqueadores, que los dejaron en la miseria. [14] El mismo los vendió a sus enemigos que de todas partes se echaban sobre ellos, y no podían hacerles frente. [15] Cuando se sentían con fuerza para atacar, Yavé se ponía contra ellos y les mandaba la mala suerte, como se lo había advertido y dicho con juramento. Su situación llegó a ser muy angustiosa. [16] Yavé hizo que se levantaran «jueces», o sea, libertadores, que salvaron a los israelitas de sus explotadores. [17] Pero ni aun a esos «jueces» obedecían, sino que se prostituían a otros dioses y los adoraban. Pronto se desviaron del camino de sus padres, que obedecieron los mandamientos de Yavé: ellos no hicieron así. [18] Cuando Yavé hacía surgir un juez, estaba con él y los salvaba de sus enemigos; esto duraba mientras vivía el juez, ya que Yavé se compadecía del lamento de su pueblo, oprimido y perseguido. [19] Pero, cuando moría el juez, volvían a caer peor que sus padres, adorando y sirviendo a otros dioses: no habían renunciado a sus prácticas y su terco obrar. [20] Yavé se enojó y dijo: «Esa gente rompió la Alianza que yo había hecho con sus padres y no quieren obedecerme. [21] Pues bien, yo tampoco echaré de delante de ellos a ninguno de los pueblos que quedaron al morir Josué, [22] y probaré a Israel por medio de esos pueblos para saber si al fin seguirán mis caminos como hicieron sus padres.» [23] Así, pues, Yavé dejó subsistir esas naciones y no les quitó tan pronto el territorio; por eso no los había entregado en manos de Josué.

[1] El «Angel de Yavé» sube de Guilgal, primer santuario israelita en Palestina, al lado del Jordán, hasta Betel. Sabemos que el Angel de Yavé es una manera de designar al mismo Yavé, porque el autor sabe que no se puede ver a Dios, sino a una representación suya.El pecado está en no haber destruido la cultura y la religión de los cananeos. Al respecto, olvidémonos de nuestro sentido moderno de respeto por los demás pueblos. Israel vive entonces en un mundo en el que sólo se mantiene por la violencia y, por otra parte, todo el porvenir de la revelación divina en el mundo está en manos de unos nómades primitivos amenazados a cada momento de verse disueltos en medio de su entorno pagano.Los israelitas habían logrado instalarse en las alturas del país. Desde allí miraban con envidia las ricas llanuras ocupadas por los cananeos. Allí estaba la tentación de la idolatría. Los agricultores cananeos practicaban una religión muy seductora que celebraba las fuerzas de la vida y de la fecundidad. Se reunían para fiestas campestres, se juntaban en los bosques sagrados y allí recurrían a la prostitución sagrada para pedirles a sus dioses, los Baales, la lluvia y buenas cosechas. Les costaba a los Israelitas, poco acostumbrados a esas libertades, no juntarse con sus vecinos paganos para esas celebraciones.

[11] Empieza una segunda introducción al libro de los Jueces, en que, después de recordar la muerte de Josué (ver Jos 24,31), se dan las causas reales de los acontecimientos que van a suceder. La primera causa de las desgracias de Israel, que no puede eliminar al cananeo, es su infidelidad a Yavé, aunque no se excluyen otras explicaciones que se darán en el mismo libro. Pero toda la Biblia nos dirá que, en cualquier lugar y tiempo, las desgracias de nuestra sociedad subrayan nuestra infidelidad a Dios, aunque no puede decirse esto sin provocar una sonrisa incluso entre creyentes. Abandonaron a Yavé para servir a Baal. (11-12). Baal (o sea, Señor) era cualquier dios cananeo, con preferencia el que da la lluvia. Las Astartés eran las diosas, con preferencia las de la tierra y de la fertilidad.Yavé hizo que se levantaran líderes (16). Así traducimos varias veces la palabra "jueces": ver la Introducción.

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