Jueces 21, 1 - 25

[1] Los hombres de Israel habían jurado en Mizpá: «Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a alguno de Benjamín.» [2] El pueblo fue a Betel y allí se sentaron frente a Yavé hasta la tarde, clamando y llorando con grandes gemidos. [3] Decían: «Yavé, Dios de Israel, ¿por qué ha de suceder esta desgracia a Israel, que desaparezca hoy una de sus tribus?» [4] Al día siguiente el pueblo se levantó de madrugada, construyó allí un altar y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. [5] Dijeron los israelitas: «¿Quién de entre todas las tribus de Israel no acudió a la asamblea ante Yavé?» Porque se había jurado solemnemente que el que no subiera a Mizpá ante Yavé tenía que morir. [6] Los hijos de Israel se compadecieron de su hermano Benjamín y decían: «Hoy ha sido quitada una tribu de Israel; [7] ¿qué haremos para proporcionar mujeres a los que quedan? Pues nosotros hemos jurado por Yavé no darles nuestras hijas en matrimonio» [8] Entonces se dijeron: «¿Cuál es la tribu de Israel que no subió ante Yavé en Mizpá?» Y vieron que nadie de Jabés de Galaad había venido al campamento para la asamblea. [9] Habían hecho el censo y se dieron cuenta de que no había nadie de Jabés de Galaad. [10] Entonces la comunidad mandó allá doce mil hombres de los valientes con esta orden: «Vayan y pasen a cuchillo a los habitantes de Jabés de Galaad, incluidos las mujeres y niños. [11] Esto es lo que harán: Maten a todo varón y a toda mujer que haya tenido relaciones con un hombre, pero dejen con vida a las niñas.» Así lo hicieron. [12] Entre los habitantes de Jabés de Galaad encontraron cuatrocientas muchachas vírgenes que no habían tenido relaciones y las llevaron al campamento a Silo, que está en el país de Canaán. [13] Entonces la comunidad envió mensajeros a los benjaminitas que estaban en la peña de Rimmón para hacer las paces. [14] Y volvió la gente de Benjamín. Les dieron las mujeres de Jabés de Galaad que habían quedado con vida, pero no hubo suficientes para todos. [15] El pueblo se compadeció de Benjamín, pues Yavé había dejado un vacío entre las tribus de Israel. [16] Decían los ancianos de la comunidad: «¿Qué podemos hacer para proporcionar mujeres a los que quedan, ya que las de Benjamín fueron exterminadas?» [17] Y añadían: «¿Cómo asegurar la supervivencia de Benjamín, para que no desaparezca una tribu de Israel? [18] Nosotros no podemos darles nuestras hijas, ya que hemos pronunciado este juramento: Maldito sea el que dé mujer a Benjamín.» [19] Pero se dijeron: «Es ahora la fiesta de Yavé, que se celebra todos los años en Silo, al norte de Betel, al oriente de la calzada que sube de Betel a Siquem, y al sur de Leboná.» [20] Aconsejaron, pues, a los benjaminitas: «Vayan y preparen una emboscada entre las viñas. [21] Estén alerta y cuando las muchachas de Silo vayan a danzar en coros, salgan de las viñas y que cada uno se rapte a una mujer y váyase a la tierra de Benjamín. [22] Si sus padres o hermanos vienen a querellarse contra ustedes, les diremos: «Sean comprensivos con ellos; miren que la guerra no nos dejó la oportunidad de dar una mujer a cada uno de ellos. No son ustedes los que se las dieron; de otra manera habrían quebrantado su voto.» [23] Así lo hicieron los benjaminitas y raptaron a las mujeres que necesitaban; luego se fueron, volvieron a su heredad, reedificaron las ciudades y se establecieron en ellas. [24] Los israelitas se marcharon entonces de allí cada uno a su tribu y a su familia y partieron cada uno a su heredad. [25] Por aquel entonces no había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bien.

[1] Mientras no haya autoridad central y un rey que «juzgue», cada familia y cada tribu se siente obligada a defender y vengar a los suyos; no hay otra manera de proteger al individuo en un pueblo sin autoridades. En esas condiciones, sin embargo, un crimen podía llevar a una guerra entre las tribus, como sucedió en el ejemplo aquí contado.El relato multiplica las cifras más inverosímiles; es evidentemente una manera de decir que en realidad hubo una crisis muy grave en la que Benjamín estuvo a punto de desaparecer.Aquí se quiere dar una enseñanza: a pesar de todos los pecados y errores de Benjamín, no puede desaparecer ni una sola de las doce tribus que son la herencia de Yavé

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