Oseas 5

CONTRA LOS JEFES
[1] Escuchen esto, sacerdotes; estén atentos, jefes de Israel; presten atención los de la casa del rey, pues esta sentencia es para ustedes: Han sido como un lazo de cazador en Mispá y como una red tendida en el Tabor. Yo los voy a castigar a todos porque se han hundido hasta el cuello en la corrupción. [2] Sé quién es Efraím y no me es desconocido Israel. [3] Tú, Efraím, te has entregado; tú, Israel, te has ensuciado. [4] Sus faltas les impiden volver a su Dios, un espíritu de prostitución se ha hecho dueño de ellos y ya no conocen a Yavé. [5] El orgullo de Israel lo condena. Israël y Efraím están en crisis a causa de su pecado. [6] Con sus ovejas y sus bueyes irán en busca de Yavé, pero no lo encontrarán porque se ha alejado de ellos. [7] Han traicionado a Yavé y sus hijos son ilegítimos: ¡que el destructor los devore junto con sus campos! [8] Toquen el cuerno en Gueba, la trompeta en Rama. Den la alarma en Betaven, la voz de alerta en Benjamín. Ténganlo por seguro, tribus de Israel, [9] que cuando llegue su hora, Efraím será destruido. [10] Como los reyes de Judá han tratado de ensanchar sus dominios, mi furor los va a llevar como un torrente. [11] Efraím es un opresor y dicta sentencias injustas, pues se deja llevar por las apariencias. [12] Pues bien, yo seré como polilla para Efraím y como carcoma para la gente de Judá. Efraím sabe que está enfermo, [13] y Judá, que tiene úlceras. Por eso Efraím ha ido a Asiria y ha mandado mensajeros al gran rey, pero éste no podrá sanarlos ni curarles sus llagas. [14] Yo seré como un león para Efraím, y como un cachorro para la gente de Judá. Yo, sí, yo mismo lanzaré un zarpazo y huiré, me llevaré mi presa y nadie me la podrá quitar. [15] Volveré a mi casa hasta que se reconozcan culpables y vengan a verme. En su angustia me buscarán:



[1] No olvidemos que el pueblo del norte, llamado reino de Israel, estaba formado por las tribus de Jacob o tribus de José (ver Génesis 35,23). Las tribus de José eran dos: Efraím, la más importante, y Manasés. Cuando Os usa las palabras Efraím, José, Jacob, Israel, se dirige, en realidad, a un solo pueblo.


[8] Se trata de las guerras de Israel. Nótese la última frase: Yavé se esconde y deja a su pueblo en la oscuridad para que vuelvan a buscarlo (ver Jn 7,34).

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