Oseas 8

[1] Prepárate a tocar la corneta pues aquí viene la desgracia y se deja caer como un águila sobre los de la Casa de Yavé. No han respetado mi alianza y han rechazado mi Ley. [2] Ellos me aclaman: «Dios mío, nosotros los de Israel te conocemos.» [3] Pero Israel ha rechazado el bien y por eso el enemigo lo perseguirá. [4] Se han elegido reyes sin que esto viniera de mí; se han dado jefes que yo no conocía. Con su oro y su plata se han fabricado ídolos, y yo se los quitaré. [5] Le tengo asco a tu ternero, Samaria, y estalla mi cólera contra él. ¿Cuánto tiempo más esperarán para limpiarse [6] hijos de Israel? No es un Dios, pues ha sido hecho por un escultor; por eso el ternero de Samaria se hará cenizas. [7] Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros. [8] Israel ha sido devorado y ahora aparece en medio de las naciones como una cosa que no sirve. Efraím era un burro orgulloso. [9] Pero miren cómo subió a Asiria llevando regalos a sus amantes. [10] Sin embargo, por más que se hayan hecho amigos en las naciones, pronto los voy a dispersar y dentro de poco no podrán ungir más reyes ni príncipes. [11] Efraím multiplicó los altares, pero éstos sólo le han servido para pecar. [12] Aunque escribiera mil preceptos para él, los consideraría como cosa sin importancia. [13] ¿Acaso quieren ofrecer sacrificios? ¡Que los ofrezcan, pues, y que se coman la carne! Pero Yavé no se siento agradecido por ellos, pues se está acordando de su falta; va a castigar sus pecados y los va a mandar nuevamente a Egipto. [14] Israel se ha olvidado de su creador y construye palacios; Judá, por su parte, multiplica las ciudades fortificadas; pero yo prenderé fuego a sus ciudades e incendiaré sus castillos.

[1] El profeta es un centinela (ver Ez 3,17). Os condena a esos reyes que no vienen de Dios, ya que al comienzo se establecieron por sí mismos. Solamente los hijos de David, en el sur, eran los elegidos de Dios; además, nunca se preocuparon por ser los representantes de Dios frente a su pueblo ni de cumplir sus planes.Luego viene la condenación de los becerros de oro instalados en Betel para honrar a Yavé (ver 1 Reyes 12,28).


[11] El culto exterior y los banquetes sagrados después del sacrificio no hacen que Dios olvide el pecado.Os echa una mirada al pasado de Israel. «Volverá a Egipto» (9,3), es decir, que de nuevo volverá a ser sometido.

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