SABIDURIA 18



[1].Para tus santos, sin embargo, resplandecía la luz. Los egipcios no los veían, pero los oían y pensaban que habían tenido mucha suerte al librarse de ellas. [2].Además les agradecían que no se vengaran después de todo lo que habían sufrido, y les pedían perdón.
[3].En vez de esa oscuridad diste a tu pueblo una columna de fuego para que los guiara en su viaje a la aventura: su gloriosa migración se iba pues a hacer bajo un sol que no los quemaría.
[4].Los Egipcios merecieron esa privación de la luz, esas tinieblas que los aprisionaban: ¿no habían ellos acaso retenido cautivos a tus hijos que debían llevar al mundo la luz inapagable de tu Ley?

LA MUERTE DE LOS PRIMOGÉNITOS EGIPCIOS

[5].Quisieron exterminar a los recién nacidos del pueblo santo; Moisés fue el único que se salvó entre los que eran abandonados. Para castigarlos, hiciste perecer a un gran número de ellos, luego los ahogaste a todos juntos en el mar impetuoso.
[6].Esa noche había sido anunciada a nuestros padres, para que supieran después valorar tus promesas y depositaran en ellas su confianza. [7].Tu pueblo, pues, aguardaba el momento en que los justos serían salvados y sus enemigos, arruinados; [8].al castigar a nuestros adversarios cubriste de gloria a tus elegidos, es decir, a nosotros mismos.
[9].Tus santos hijos, la raza de los buenos, ofrecieron pues en secreto el sacrificio y se comprometieron a observar esa ley divina: el pueblo seguiría siendo solidario tanto en los éxitos como en los peligros; después de lo cual entonaron los cantos de sus padres.
[10].En ese mismo momento le hacían eco los clamores confusos de sus enemigos, junto con los gritos lastimeros de los que lloraban a sus hijos.
[11].Una misma sentencia había castigado al servidor y a su patrón; el hombre del pueblo sufría lo mismo que el rey. [12].Lloraban a sus innumerables muertos, derribados todos por la misma muerte; los vivos no daban abasto para enterrarlos: la flor y nata de esa raza había perecido en un instante.
[13].En un primer momento se habían negado a creer, engañados por sus magos, pero después de la muerte de sus primogénitos reconocieron que este pueblo era hijo de Dios.
[14].Cuando todo estaba tranquilo en medio del silencio, y había transcurrido la mitad de la noche, [15].tu Palabra omnipotente se lanzó desde lo alto de los cielos, donde está junto a tu trono real, y se precipitó como un guerrero furioso sobre el país condenado al exterminio. Llevaba como espada acerada tu irrevocable decisión; [16].tocaba el cielo y pisaba la tierra; cuando golpeaba esparcía la muerte por todas partes.
[17].De repente se sintieron perturbados por apariciones y horribles pesadillas: un terror indecible se apoderó de ellos.
[18].Cuando caían agonizando en cualquier parte, sabían decir por qué morían, [19].porque habían sido informados por los sueños que los habían perturbado. No debían sucumbir sin saber por qué tenían que sufrir.
[20].Es cierto que los justos también experimentaron la muerte: el flagelo alcanzó a muchos de ellos en el desierto; pero la cólera de Dios no duró tanto. [21].Un hombre intachable tomó inmediatamente su defensa con las armas de su ministerio: la oración y el incienso de los sacrificios expiatorios.
Así enfrentó a tu cólera, Señor, y puso fin a su prueba: vieron entonces que era tu servidor. [22].Puso fin a tu resentimiento no con la fuerza física o la eficacia de las armas sino con su palabra: le recordó al Exterminador las promesas y las alianzas pactadas antiguamente con nuestros padres. [23].Cuando se interpuso, los muertos ya se apilaban; puso fin a la Cólera y le cerró el camino hacia los vivos. [24].Todo el mundo estaba representado en su larga túnica, en las cuatro hileras de piedras preciosas llevaba los nombres gloriosos de nuestros padres, y en su cabeza la diadema de tu majestad.
[25].Al verlo, el Exterminador retrocedió y tuvo miedo: había bastado con este anticipo de tu cólera.

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