Jeremías 22


PRIMERO LA JUSTICIA [1] Yavé me dijo: «Baja al palacio del rey de Judá, y allí entregarás esta palabra: [2] Escucha la palabra de Yavé, rey de Judá que reinas sentado en el trono de David. Así te dice Yavé a ti y a tus servidores y a todo tu pueblo que entra por estas puertas: [3] Practiquen la justicia y hagan el bien, libren de la mano del opresor al que fue despojado; no maltraten al forastero ni al huérfano ni a la viuda; no les hagan violencia, ni derramen sangre inocente en este lugar. [4] Si cumplen esto, entonces los reyes sucesores de David seguirán entrando por estas puertas, pasarán con sus carros y sus caballos, con su gente y con su pueblo. [5] Pero si no escuchan estas palabras, les juro por mí mismo -Yavé es quien habla-, este palacio será destruido.» [6] Pues así se expresa Yavé respecto a este palacio de Judá: Me gustaría verte ensalzado como el país de Galaad, como una cumbre del Líbano, mas te voy a dejar hecho un desierto o una ciudad sin habitantes. [7] Estoy preparando a los que te van a asaltar con hacha en mano, echarán abajo tus cedros más hermosos para tirarlos al fuego. [8] Y cuando la gente de cualquiera nación pase frente a esta ciudad se preguntarán unos a otros: «¿Por qué Yavé habrá tratado así a esta gran ciudad?», [9] les contestarán: «Es porque faltaron a su palabra con Yavé, su Dios, y se arrodillaron delante de otros dioses para servirles.» CONTRA JOACAZ [10] No lloren al que murió ni estén apenados por él. Lloren, más bien, por el que se va, pues no volverá más ni jamás verá su país natal. [11] Esto es lo que ha decidido Yavé sobre Salum, hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el trono a su padre, y que ha salido de aquí: [12] Nunca más volverá, sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron prisionero, y jamás verá este país. CONTRA JOAQUIM [13] ¡Pobre de aquel que edifica su casa con abusos, y levanta sus pisos sobre la injusticia! ¡Pobre de aquel que se aprovecha de su prójimo y lo hace trabajar sin pagarle su salario! [14] Tú piensas: «Me voy a construir un palacio suntuoso, con pisos espaciosos; luego abriré ventanas y las cubriré con madera de cedro, toda pintada de rojo.» [15] ¿Acaso hace falta el cedro para que seas rey? ¿Le faltó acaso a tu padre comida o bebida? Sin embargo, se preocupaba de la justicia y todo le salía bien. [16] Juzgaba la causa del desamparado y del pobre. Yavé te pregunta: «¿Conocerme no es actuar en esa forma?» [17] Pero nada ves o conoces sino tu propio interés; y esto, derramando sangre, y manteniendo la opresión y la violencia.» [18] Esta es la suerte que, por orden de Yavé, correrá Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá. Nadie dirá sollozando por él: «¡Ay de mi hermano, ay de mi hermana!» Nadie dirá sollozando por él: «¡Ay, Señor! ¡Ay, su Majestad!» [19] Será enterrado como un burro, lo arrastrarán y lo tirarán fuera de las puertas de Jerusalén. [20] Sube a los cerros del Líbano y grita; levanta tu voz desde los cerros de Basán y de lo alto del Abarim, porque todos tus amantes han sido aplastados. [21] Te hablé cuando te sonreía la fortuna y dijiste: «No tengo ganas de oír.» Te has acostumbrado desde tu juventud a no escuchar mi voz. [22] El viento dispersará a todos tus pastores, y tus amantes partirán al destierro. Entonces quedarás avergonzada y decepcionada de todos esos amantes. [23] Tú, que hiciste tu casa en el Líbano, que anidabas entre los cedros, ¡cómo te irás a quejar cuando sientas dolores y angustias como de una mujer que da a luz! CONTRA JECONÍAS [24] ¡Por mi vida, dice Yavé, aunque Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, fuese un anillo en mi mano derecha, lo arrancaría de allí! [25] Te entregaré a los caldeos, que te buscan y que te atemorizan ( ), [26] y te echaré a ti y a tu madre, que te engendró, a otro país donde ustedes no nacieron, pero donde van a morir. [27] Y a esta tierra, a la que tanto desean volver, no volverán jamás. [28] Este tal Jeconías, ¿es, acaso, un trasto viejo e inservible que ya nadie quiere? ¿Por qué han sido expulsados él y su familia y echados a un país que no conocían? [29] ¡Tierra, tierra, tierra!, escucha esta palabra de Yavé: [30] Inscriban en el registro a este hombre así: «Sin hijos, un fracasado en su vida.» Pues nadie de su sangre logrará restablecerse sobre el trono de David para reinar en Judá.

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