Gálatas 4:4-7

[4] Pero, cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, que nació de mujer y fue sometido a la Ley, [5] con el fin de rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que así recibiéramos nuestros derechos como hijos. [6] Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá! o sea: ¡Papá! [7] De modo que ya no eres esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia.

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