Isaías 25, 1 - 12
ACCIÓN DE GRACIAS
[1] Yavé, tú eres mi Dios, yo te saludo y celebro tu Nombre, pues hiciste maravillas, obras que venían desde mucho anates, que no podían faltar. [2] Has hecho de la ciudad un montón de escombros, y de la fortaleza una ruina; el bastión de los extranjeros ya no es una ciudad, y nadie la reconstruirá. [3] Por eso te proclama un pueblo poderoso, y la ciudad respetada por las naciones te teme. [4] Tú has sido un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; te hiciste abrigo contra la lluvia, y sombra para el calor. El aliento de los tiranos es como la lluvia helada [5] o como el ardor del sol en el desierto; pero tú rebajas la arrogancia de los extranjeros como el calor del sol, y haces callar el canto de los tiranos.
LA CENA DE LOS JUSTOS
[6] Yavé de los Ejércitos está preparando para todos los pueblos, en este cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos. [7] En este cerro quitará el velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que envolvía a todas las naciones. [8] Y destruirá para siempre a la Muerte. El Señor Yavé enjugará las lágrimas de todos los rostros; devolverá la honra a su pueblo, y a toda la tierra, pues así lo ha dicho Yavé. [9] Entonces dirán: «Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado; [10] pues la mano de Yavé se nota en este cerro.» Moab, en cambio, será pisoteado como se pisotea la paja en un montón de guano, [11] y desde allí levantará sus brazos como los extiende el nadador para nadar. Pero Yavé aplastará su soberbia a pesar de sus esfuerzos. [12] Tus seguras y elevadas torres, las destruirá, las demolerá y las echará abajo.
[1] En los cap. 25 y 26, 1-6: una acción de gracias a Yavé que puso fin a la presencia del opresor. Su ciudadela instalada, al parecer, en el mismo Jerusalén, ha sido arrasada. El párrafo 25,6-9 recuerda que esta victoria es sólo una etapa: la gran esperanza es el banquete de los elegidos, % después del juicio, cuando Dios suprima la muerte. Juan utilizará estas imágenes en el Apocalipsis 7,17 y 21,4.
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