1A Juan 5

1ra Juan 4

DE DIOS VIENE LA FE [1] Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Si amamos al que da la vida, amamos también a quienes han nacido de él; [2] y por eso, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandatos, con toda certeza sabemos que amamos a los hijos de Dios. [3] Amar a Dios es guardar sus mandatos, y sus mandatos no son pesados. [4] Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el mundo ha sido vencido es nuestra fe. [5] ¿Quién ha vencido al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? [6] El es el que viene por el agua y la sangre: Jesucristo; y no sólo por el agua, sino por el agua y la sangre; y el espíritu también da su testimonio, el Espíritu que es la verdad. [7] Tres son, pues, los que dan testimonio: [8] el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo. [9] Si aceptamos el testimonio de los hombres, mucha más fuerza tiene el testimonio de Dios, y hay un testimonio de Dios, una declaración suya a favor de su Hijo. [10] Quien cree en el Hijo de Dios está guardando en sí la declaración de Dios. Quien no cree, hace a Dios mentiroso, ya que no cree al testimonio de Dios en favor de su Hijo. [11] Pues bien, este es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo. [12] El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. GUÁRDENSE DE LOS ÍDOLOS [13] Les he escrito, pues, a ustedes que creen en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. [14] Con él tenemos la certeza de que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, nos escuchará. [15] Y si nos escucha en todo lo que le pedimos, sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido. [16] Si alguno ve a su hermano en el pecado, -un pecado que no ha traído la muerte-, ore por él y Dios le dará vida. (Hablo de esos pecadores cuyo pecado no es para la muerte). Porque también hay un pecado que lleva a la muerte, y no pido oraciones en este caso. [17] Toda maldad es pecado, pero no es necesariamente pecado que lleva a la muerte. [18] Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, pues lo protege lo que en él ha nacido de Dios, y el Maligno no puede tocarlo. [19] Sabemos que somos de Dios, mientras el mundo entero está bajo el poder del Maligno. [20] Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al que es Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo; ahí tienen el Dios verdadero y la Vida eterna. [21] Hijitos, guárdense de los ídolos.

1ra Juan 4

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