Jeremías 43, 1 - 13

[1] Pero apenas Jeremías hubo terminado de transmitir al pueblo todo el mensaje que Yavé, su Dios, le había entregado para ellos (y que fue mencionado arriba), [2] Azarías, hijo de Masías, y Joanán, hijo de Carea, y todos esos hombres, insolentes y porfiados, le contestaron a Jeremías: «No es cierto lo que cuentas. No es Yavé quien te ha encargado decirnos: «No se vayan a vivir a Egipto», [3] sino que es Baruc, hijo de Nerías, quien te azuza contra nosotros para que así caigamos en manos de los caldeos, que nos matarán o nos desterrarán a Babilonia.» [4] Ni Joanán, ni sus oficiales, ni nadie del pueblo hizo caso de Yavé, que les mandaba quedarse en el país de Judá. Antes bien, [5] Joanán, hijo de Carea, y los jefes del ejército se llevaron al resto de la población de Judá, a los que habían estado desparramados por todas partes y que habían regresado a Judá para vivir allí. [6] Entre ellos había hombres, mujeres y niños; estaban las princesas reales y todas las personas que Nebuzardán, comandante de la guardia, había dejado con Godolías, hijo de Ajigam, y nieto de Safán, y, especialmente, el profeta Jeremías y Baruc, hijo de Nerías. [7] Partieron para Egipto, desobedeciendo la orden de Yavé, y llegaron hasta Tafnes.

JEREMÍAS ANUNCIA LA INVASIÓN DE EGIPTO

[8] Una palabra de Yavé llegó a Jeremías en Tafnes: [9] «Toma unas piedras grandes y, a la vista de los judíos, mételas en el cemento de la plaza cuadrada que hay a la entrada del palacio de Faraón, en Tafnes. [10] Después dirás a esta gente: Esto es lo que afirma Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Miren, yo voy a mandar a buscar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi servidor, el cual instalará su trono sobre estas piedras que he enterrado aquí, y detrás pondrá un adorno de colgaduras. [11] Vendrá y castigará a Egipto: Quien esté destinado a la peste, a la peste, quien al cautiverio, al cautiverio, quien a la espada, a la espada. [12] Y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, quemará o se llevará sus dioses, despiojará a Egipto como despioja un pastor su manta, y después se irá sin que nadie lo moleste. [13] Hará pedazos los obeliscos del templo del Sol, que se encuentra en On, e incendiará los templos de los dioses egipcios.»

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