Éxodo 24, 1 - 18

[1] A Moisés, entonces, Dios le dijo: «Sube donde Yavé, tú, Aarón, Nadab y Abihú, con setenta de los ancianos de Israel. Ellos adorarán desde lejos, [2] y Moisés se acercará solo a Yavé; ellos no se acercarán, y tampoco el pueblo subirá con ellos.

» CONCLUSIÓN DE LA ALIANZA [3] Moisés bajó del monte y contó al pueblo todas estas palabras de Yavé y todas sus leyes. Contestaron de una sola voz: «Nosotros cumpliremos con todo lo que Yavé ha dicho.» [4] Y Moisés escribió todas las palabras de Yavé.Al despuntar el día, Moisés levantó un altar al pie del monte y, al lado del altar, doce piedras por las doce tribus de Israel. [5] Luego mandó algunos jóvenes para que ofrecieran víctimas consumidas por el fuego y sacrificaran novillos como sacrificios de comunión. [6] Moisés tomó la mitad de la sangre y la echó en vasijas; con la otra mitad roció el altar. [7] Después tomó el libro de la Alianza y lo leyó en presencia del pueblo. Respondieron: «Obedeceremos a Yavé y haremos todo lo que él pide.» [8] Entonces Moisés tomó la sangre con la que roció el pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la Alianza que Yavé ha hecho con ustedes, conforme a todos estos compromisos.» [9] Moisés subió con Aarón, Nadab y Abihú, y setenta de los ancianos de Israel. [10] Contemplaron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había algo parecido a un pavimento de zafiro transparente y tan esplendoroso como el mismo cielo. [11] Dios no dejó que su poder aplastara a los que había elegido, sino que vieron a Dios; luego comieron y bebieron.

DIOS DA LAS TABLAS DE LA LEY [12] Yavé dijo a Moisés: «Sube a lo más alto del cerro y detente allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la enseñanza y los mandamientos que tengo escritos en ellas, a fin de que los enseñes al pueblo.» [13] Partió, pues, Moisés con Josué, su ayudante, y ascendió el monte de Dios. [14] Había dicho a los ancianos: «Aguarden aquí hasta que regresemos. Ahí quedan con ustedes Aarón y Jur, de manera que si se presenta alguna dificultad recurran a ellos.» [15] Moisés, pues, subió al monte, al que cubrió en seguida una nube. [16] La Gloria de Yavé estaba bajando sobre el Sinaí, y la nube lo envolvió durante seis días. Al séptimo día, El llamó a Moisés de en medio de la nube. [17] La Gloria de Yavé estaba en la cumbre del monte y los hijos de Israel la veían semejante a un fuego ardiente; [18] Moisés entró en la nube mientras subía al monte .Moisés permaneció en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

[3] .Los acontecimientos más importantes de la Biblia son a veces los más brevemente relatados. Al pie del monte Sinaí se firma la Alianza que regirá la vida de Israel, pueblo de Dios. Solamente seis siglos después, los profetas, al ver la continua violación de dicho pacto por parte de su nación, empezaron a anhelar y a anunciar una nueva Alianza, en la cual Dios cambiaría la mente y el corazón de sus fieles para que lo sirvieran sin faltas ni infidelidades (Jer 31,31).Dos escenas se juntan en la celebración de la Alianza. Primero Moisés y los notables de Israel presencian la Gloria de Yavé sobre el Sinaí. Luego, a su vuelta, el pueblo firma la Alianza mediante un sacrificio solemne. Moisés subió con setenta de los jefes

[9] .La Alianza es cosa tan inaudita y de tanta trascendencia que no conviene que el compromiso del pueblo se apoye sólo en la experiencia espiritual de Moisés. Setenta testigos podrán decir lo que han visto. La subida del monte, impresionante en su soledad, el azul transparente del cielo en la cumbre, la irradiación del sol los prepararon para ver la Gloria de Dios. Yavé se hizo presente y lo «vieron» de alguna manera en una experiencia misteriosa, en la medida en que hombres pueden encontrar al Dios vivo «al que nadie ha visto jamás» (Jn 1,18).Esta es la sangre de la Alianza... Según la costumbre de aquel tiempo, se rocían ambas partes del contrato con la sangre de las víctimas. Como el altar representa a Yavé, recibe la aspersión por él. Habrá que recordar estos detalles cuando Jesús declare, en su última Cena: «Esta es la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre» (Mc 14,24).Con las Tablas de piedra, el pueblo guardará un recuerdo de la cita del Sinaí. Estarán, con otros recuerdos del tiempo del desierto, en un mueble de madera preciosa llamado Arca de la Alianza. Con el desgaste del tiempo, los hijos de Israel van a olvidar el compromiso que originó las Tablas de la Ley. Considerarán el Arca como un objeto milagroso que debe traerles la protección de Dios (1 Sam 4,4). Entonces perderá su razón de ser y Dios permitirá que desaparezca en medio de la catástrofe nacional. Según el relato más antiguo, Moisés escribió en las Tablas por mandato de Dios (Ex 34,28). Los relatos más tardíos amplían el asunto, según suelen hacerlo: la escritura era la de Dios (31,19; 32,16). Esta contradicción no nos debe preocupar, sino que, al contrario ella nos ayuda a comprender lo que es la "inspiración" de Dios en la Biblia. Sabemos que la Biblia es a la vez palabra de Dios y palabra de los que la escribieron, de cada uno según su estilo, su nivel cultural y su temperamento. Hemos ya visto muchos detalles extraños, ideas primitivas, que son la marca de un siglo y de una cultura. Afirmaciones en un lugar deben ser equilibradas por otras en otro libro. Enseñanzas vàlidas para un tiempo serán corregidas cuando el pueblo haya progresado. Dios es el responsable del libro como un todo, pero no de los detalles tomados aisladamente.

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