Isaías 13, 1 - 22

PROFECÍA CONTRA BABILONIA

[1] Esta es la sentencia contra Babilonia que fue revelada a Isaías, hijo de Amós. contra Babilonia. [2] En lo alto de un cerro pelado coloquen una bandera, lancen gritos de guerra, háganles señas con la mano para que entren por las puertas de los príncipes. [3] «Yo he dado órdenes a mis Santos, a mis guerreros alegres y gloriosos, instrumentos de mi venganza.» [4] Escuchen ese rugido que viene de las montañas como de una inmensa muchedumbre. Escuchen el ruido de los reinos o de las naciones reunidas. Es Yavé de los Ejércitos, que pasa revista al ejército dispuesto para la guerra. [5] Yavé y los defensores de su causa llegan de lejanas tierras, más allá del horizonte, para arrasar toda la tierra. [6] Griten, pues se acerca el día de Yavé; es como la tormenta del Dios Todopoderoso. [7] Por eso, todos los brazos caen sin fuerza... A todos los hombres se les para el corazón. [8] De puro susto comienzan a temblar y a sentir dolores y se retuercen como mujeres que dan a luz. Se miran unos a otros, el miedo se dibuja en sus rostros ardientes. [9] Ya llega el día cruel de Yavé, con furia y rabia inmensa, para dejar la tierra hecha un desierto y acabar con todos los pecadores. [10] Las estrellas del cielo y sus constelaciones han dejado de alumbrar, el sol ha salido negro y la luna no envia más su luz. [11] «Voy a castigar a todo el mundo por su maldad y a los impíos por sus crímenes; acabaré con el orgullo de la clase alta y humillaré la soberbia de los dictadores. [12] Haré que los hombres sean más escasos que el oro fino y más difíciles de hallar que el oro de Ofir.» [13] Por eso tiemblan los cielos y la tierra se mueve de su sitio, al ver el furor de Yavé de los Ejércitos, cuando estalla su cólera. [14] Entonces, como una cabrita asustada, como ovejas que andan sin pastor, cada uno se vuelve a su pueblo o huye a su patria. [15] A todos los que encuentran los traspasan, y a todos los que apresan los acuchillan. [16] Sus hijos son aplastados ante sus mismos ojos, sus casas saqueadas y sus mujeres violadas. [17] «Miren cómo yo empujo contra ellos a los medos, que no se interesan por la plata y que desprecian al oro. [18] Sus arcos tiran al suelo a los jóvenes, ni siquiera se compadecen del fruto de las entrañas y miran sin lástima a los niños. [19] Babilonia, la perla de los reinos, la joya y orgullo de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, arrasadas por Dios, . [20] Nunca más, en adelante, será poblada o habitada. Ni el árabe acampará allí ni los pastores descansarán allí con sus rebaños. [21] Por allí vagarán las fieras del desierto y las lechuzas se meterán en sus casas. Allí bailarán los avestruces y danzarán los machos cabríos. [22] Las hienas aullarán en sus castillos y los chacales en sus lujosos palacios. Ya se acerca su hora, no tardarán en llegar esos días.

[1] Los capítulos 13-33 reúnen una serie de oráculos contra los pueblos vecinos. La Biblia los llama las naciones, y ya que ninguno de estos pueblos conocía al Dios que habla, eran paganos. Así, pues, cuando la Biblia dice "las naciones, podemos traducir "los paganos" o "los extranjeros". Hay que reconocer que estos capítulos reúnen poemas muy diversos en cuanto a la fecha y al espíritu. Algunos son de Isaías y no son en realidad "contra" pueblos vecinos, sino más bien son advertencias a la gente de Judá y de Jerusalén para que confíen en la protección de Yahvé en vez de dejarse arrastrar por las coaliciones contra Asiria. Por ejemplo 14,28-32. Una embajada de Filisteos ha llegado a Jerusalén después de algún revés de los Asirios. El mensaje de Isaías es: Asiria se levantará, Judá se salvará si se queda aparte, confiando en Yahvé. Lo mismo en el capítulo 16. Moab ha sido arrasado por las tropas asirias y viene a pedir ayuda a Judá, recordando el tiempo en que Moab era protegido de los reyes de Jerusalén y les pagaba un tributo de lana y de carneros. Isaías dice: ¡Déjenlos que lloren! El poema 13, 1-22 fue insertado con posterioridad en el libro de Isaías, ciertamente mucho después del fin de Babilonia, el cual narra. Lo mismo ocurre con 14,1-2 y 14,22-23. En el 13,2 se mencionan los Santos, es decir, los personajes celestes llamados también "hijos de Dios" o "ángeles". En los últimos siglos antes de Cristo, se pensaba que Dios dirigía la historia por su intermedio (Dn 4,14).

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Eclesiastés 3, 1 - 22

SIRACIDES