Isaías 32, 1 - 20

UN REY HARÁ REINAR LA JUSTICIA

[1] Un rey hará reinar la justicia y sus ministros gobernarán según el derecho. [2] Cada uno de ellos será como un cortaviento, o como un refugio para guarecerse del temporal. Serán como un río que corre por el desierto o como la sombra de un cerro en medio de una llanura calurosa. [3] Entonces los que pueden ver ya no se quedarán ciegos, y los oídos de los que oyen estarán atentos, [4] los indisciplinados tratarán de aprender y los tartamudos hablarán correctamente; [5] no se le tratará de «señor» al hombre sin conciencia y el sinvergüenza no será considerado como una persona de importancia. [6] Pues el hombre sin conciencia dice cosas que chocan la conciencia y trama el mal; es un hipócrita que blasfema contra Yavé, que deja sin comida al hambriento o le niega un vaso de agua al sediento. [7] En cuanto al sinvergüenza, sus inventos son perversos, pues trata de perjudicar a los pobres con sus mentiras, aunque sean justos los reclamos de estos humildes. [8] En cambio, el caballero sólo piensa lo correcto y actúa siempre con decencia.

PAZ DESPUÉS DEL CASTIGO [9] Mujeres despreocupadas, levántense, oigan lo que les digo; hijas demasiado confiadas, escuchen mis palabras. [10] Dentro de un año, más o menos, ustedes que están tan confiadas temblarán al ver que en el tiempo de la vendimia no hay nada que cosechar. [11] ¡Tiriten, despreocupadas, y asústense, ustedes que andan tan confiadas! Quítense la ropa y vístanse de saco. [12] Péguense en los senos por lo que les pasó a esos hermosos campos y a esas fértiles viñas; [13] ahora espinas y zarzamoras cubren los terrenos de mi pueblo y las casas de vida alegre de la ciudad feliz. [14] El palacio está abandonado, la ciudad bulliciosa está solitaria; el ofel y la torre de guardia han sido convertidos en ruinas para siempre; serán, en adelante, unos lugares donde gocen los burros salvajes o donde pasten los rebaños.

SOBRE NOSOTROS SE DERRAMARÁ EL ESPÍRITU

[15] Pero sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará un vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío. [16] En el desierto acampará el Derecho; en el jardín descansará la Justicia. [17] La obra de la Justicia será la Paz y los frutos de la Justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre. [18] Mi pueblo vivirá en habitaciones buenas, en barrios seguros, en lugares tranquilos. [19] La selva será cortada, y la ciudad humillada. [20] Felices ustedes, que sembrarán entonces a orillas de todos los esteros o soltarán sin problemas su buey o su burro.

[1] Otro poema que dice las esperanzas puestas en el rey por venir, el Príncipe de la Paz (ver Is 11).El rey justo comunicará su espíritu a los gobernantes y a los responsables. El pueblo entonces empezará a conocer a Yavé; se anularán las maldiciones expresadas en 6,10.

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