Salmo 134 (133), 1 - 3

[1] ¡Ea, vamos! Bendigan al Señor todos los servidores del Señor, los que sirven en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios! [2] Alcen sus manos al Santuario por las noches, y bendigan al Señor. [3] Que el Señor desde Sión te bendiga, el que ha hecho los cielos y la tierra.

[1] Canto de alabanza, utilizado en el Templo quizá durante una ceremonia nocturna en la que los sacerdotes se turnaban para asegurar a Dios una alabanza permanente. Jesús pasó harto tiempo, y a veces noches enteras, rezando por sus discípulos: «Jesús subió al cerro para orar solo...».Podemos pensar en los compañeros de trabajo a quienes les toca turno nocturno, en los enfermos que no duermen, para que su trabajo, su fatiga y sus sufrimientos sean alabanza al Señor.

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