Salmo 40 (39), 1 - 18

[2] Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, [3] me sacó de la fosa fatal del barro del pantano; puso mis pies sobre roca y aseguró mis pasos. [4] Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo temerán y pondrán su confianza en el Señor. [5] Feliz el hombre que cuenta con el Señor, que no escucha a los cínicos ni se pierde en sus mentiras. [6] ¡Cuántas maravillas has hecho, Señor, mi Dios, cuántos proyectos en favor nuestro! Nadie se te puede comparar. Yo quisiera publicarlas y contarlas, pero son demasiado para enumerarlas. [7] No quisiste sacrificios ni ofrendas- lo dijiste y penetró en mis oídos- no pediste holocaustos ni víctimas. [8] Entonces dije: "Aquí estoy, de mi está escrito en el rollo del Libro. [9] He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser". [10] Publiqué tu camino en la gran asamblea, no me callé, Señor, tú bien lo sabes. [11] No encerré tus decretos en el fondo de mi corazón: proclamé tu fidelidad y tu socorro. No oculté tu amor y tu verdad en la gran asamblea. [12] ¡Tú, Señor, no me niegues tu ternura, que tu amor y tu verdad me guarden siempre! [13] Me rodean desgracias incontables, mis culpas recaen sobre mí y no hay salida, son más que los cabellos de mi cabeza y me falla el corazón. [14] Dígnate liberarme, Señor, Señor, ven pronto a socorrerme. [15] ¡Queden avergonzados y humillados todos los que atentan contra mi vida; que retrocedan confundidos los que se alegran con mi desgracia! [16] Que se escondan de vergüenza los que dicen: "¡Esta vez lo pillamos!" [17] Pero que en ti se alegren y regocijen todos los que te buscan, y que repitan siempre: "¡Dios es grande!" los que desean tu salvación. [18] ¡Piensa en mí, oh Dios, en mí que soy un pobre y desdichado! ¡No te demores, mi Dios, pues tú eres mi socorro y salvación!

[1] Hay como dos oraciones reunidas en el mismo salmo. En este salmo están juntas dos oraciones. La primera ocupa los versos 2-12 (o 13).Esperaba en el Señor con gran confianza. ¿Quién habla en este Salmo? Si se lo compara con los Poemas del Servidor (Isaías 49-53) o con los salmos 22, 68, parece que estas pruebas no fueron las de una sola persona: el salmo expresa la acción de gracias de la minoría creyente del pueblo de Dios, la que es consciente de sus promesas y fiel a su ley. Pero es un hecho también que en la Biblia hay siempre alguien, ya sea un salvador o el Salvador, que encarna al pueblo o al grupo fiel. Este salmo se refiere pues de una manera especial a Cristo, pero expresa también la oración del pueblo de Dios en sus pruebas. Me sacó de la fosa fatal: el pueblo lo sabrá y temerá al Señor. La Iglesia está en las manos de Dios y éste no le escatimará las pruebas a lo largo del camino: ¿podrá la Iglesia sin ellas ser el instrumento de salvación? Dios nos pide a todos que aceptemos bajo diversas formas esta vocación de sacrificio, pero ella se cumple perfectamente sólo en Cristo. "Entonces dije: Ahora vengo". A partir del versículo 14, nos hallamos con el texto del salmo 70, probablemente el versículo 13 formaba parte de éste.

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