Siracides 15


[1].Esta es la suerte del que teme al Señor; el que se da a la Ley obtendrá la sabiduría. [2].Le saldrá al encuentro como una madre, y lo acogerá como una joven esposa. [3].Lo alimentará con el pan de la inteligencia y le dará a beber el agua de la sabiduría.
[4].Puede contar con ella: no vacilará. Se apoyará en ella y no caerá. [5].La sabiduría lo destacará entre los que lo rodean, y tomará la palabra en la asamblea. [6].Será coronado de felicidad y de alegría, y su nombre será famoso para siempre.
[7].Los imbéciles jamás conseguirán la sabiduría, los pecadores nunca la verán. [8].Se mantiene alejada de los orgullosos, y los mentirosos no la conocerán.
[9].De nada vale la alabanza en boca del pecador, pues ella no viene del Señor. [10].Debe venir de un sabio, porque entonces es el Señor quien lo inspira.

EL HOMBRE ES RESPONSABLE DE SUS ACTOS

[11].No digas: "¡Dios me hizo pecar!" porque él no hace lo que odia. [12].No digas: "¡Me hizo cometer un error!" porque no necesita a un pecador. [13].El Señor detesta el mal, y de igual modo lo detestan los que temen al Señor.
[14].Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia: [15].Si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos el ser fiel. [16].Ante ti puso el fuego y el agua: extiende la mano a lo que prefieras. [17].Delante de los hombres están la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que ha elegido.
[18].¡Qué grande es la sabiduría del Señor, qué fuerte y poderoso es él! él todo lo ve. [19].Su mirada se posa en los que le temen; conoce todas las acciones de los hombres. [20].A nadie le ha pedido que sea impío, a nadie le ha dado permiso para que peque.

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