Hechos 18, 1 - 28

PABLO EN CORINTO

[1] Tiempo después Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto. [2] Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural de Ponto, que acababa de llegar de Italia con su esposa Priscila, a consecuencia de un decreto del emperador Claudio; porque todos los judíos habían recibido la orden de abandonar Roma. Pablo se acercó a ellos [3] pues eran del mismo oficio y se dedicaban a fabricar tiendas. Y se quedó a vivir y a trabajar con ellos. [4] Todos los sábados Pablo entablaba discusiones en la sinagoga, tratando de convencer tanto a los judíos como a los griegos. [5] Al llegar de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó por entero a la Palabra, y aseguraba a los judíos que Jesús era el Mesías. [6] Como se oponían y le respondían con insultos, se sacudió el polvo de sus vestidos mientras les decía: «Nada tengo ya que ver con lo que les suceda; ustedes son los únicos responsables. En adelante me dirigiré a los paganos.» [7] Pablo cambió de lugar y se fue a la casa de un tal Tito Justo, de los que temen a Dios, que estaba pegada a la sinagoga. [8] Crispo, uno de los dirigentes de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia, y de los corintios que escuchaban a Pablo, muchos creían y se hacían bautizar. [9] Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo, sigue hablando y no calles, [10] pues en esta ciudad me he reservado un pueblo numeroso. Yo estoy contigo y nadie podrá hacerte daño.» [11] Pablo siguió enseñando entre ellos la Palabra de Dios, y permaneció allí un año y seis meses. [12] Siendo Galión gobernador de Acaya, los judíos acordaron unánimemente hacer una manifestación contra Pablo; lo llevaron ante el tribunal y lo acusaron [13] «Este hombre incita a la gente a que adoren a Dios de una manera que prohibe nuestra Ley.» [14] Pablo iba a contestar, cuando Galión dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de una injusticia o de algún crimen, sería correcto que yo los escuchara. [15] Pero como se trata de discusiones sobre mensajes, poderes superiores y sobre su Ley, arréglense entre ustedes mismos. Yo no quiero ser juez de tales asuntos. » [16] Y los echó del tribunal. [17] Entonces toda la chusma agarró a Sóstenes, que era un dirigente de la sinagoga, y empezaron a golpearlo delante del tribunal, pero Galión no se preocupó por tanto. [18] Pablo se quedó en Corinto todavía por bastante tiempo. Después se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria, acompañado por Priscila y Aquila. Había hecho un voto, y solamente en el puerto de Cencreas se cortó el pelo. [19] Así fue como llegaron a Efeso, y allí dejó que ellos se fueran. Pablo entró en la sinagoga y empezó a discutir con los judíos. [20] Le rogaban que se quedara en Efeso por más tiempo, pero Pablo no aceptó, [21] y se despidió de ellos con estas palabras: «Si Dios quiere, volveré de nuevo por aquí.» Y se fue de Efeso por mar. [22] Desembarcó en Cesarea. Subió a saludar a aquella Iglesia y después bajó a Antioquía. [23] Permaneció allí por algún tiempo, y luego se fue a recorrer ciudad tras otra las regiones de Galacia y Frigia, fortaleciendo a los discípulos. [24] Un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, había llegado a Efeso. Era un orador elocuente y muy entendido en las Escrituras. [25] Le habían enseñado algo del camino del Señor, y hablaba con mucho entusiasmo. Enseñaba en forma acertada lo referente a Jesús, aunque sólo se había quedado con el bautismo de Juan. [26] Hablaba, pues, con mucha convicción en la sinagoga. Al oírlo Aquila y Priscila, lo llevaron consigo y le expusieron con mayor precisión el camino. [27] Como pensaba pasar por Acaya, los hermanos lo alentaron y escribieron a los discípulos para que lo recibieran. De hecho, cuando llegó, ayudó muchísimo a los que la gracia de Dios había llevado a la fe, [28] pues rebatía públicamente y con gran acierto a los judíos, demostrando con las Escrituras que Jesús era el Mesías.

[1] Corinto era el primer puerto de Grecia y capital de la provincia de Acaya, una de las grandes metrópolis del Imperio. Era un centro religioso, comercial y cultural. La ciudad era célebre por su lujo y su corrupción. Pablo permaneció allí 18 meses, hasta fines del año 52. Tenemos aquí un dato preciso: la historia ha registrado que Galión (v.12) era gobernador de Acaya durante el año 52.Aquila y su esposa Priscila acababan de llegar a Corinto. Tal vez ya eran cristianos, pero los judíos cristianos no eran diferentes de los demás ante el decreto del emperador.Aquila y Priscila se ponen simplemente a disposición de Pablo. Lo ayudarán en muchas ocasiones (Rom 16,3) con la disponibilidad natural de los que no se sienten ligados a ninguna ciudad o país.Una visión: no abundan en este libro. A lo mejor Pablo se preguntaba si no sería mejor retirarse por un tiempo, como ya lo había hecho y como lo había aconsejado Jesús en caso de persecución (Mt 10,23). El diablo multiplica los obstáculos cuando se penetra en sus dominios, por miedo a perder su poder, pero, en ese centro de corrupción, la gracia será más fuerte.Los judíos lo llevaron ante el tribunal (12). Tenemos aquí un nuevo ejemplo de los problemas que encontró Pablo en los grandes centros romanos. Diversos pueblos coexisten y los numerosos conflictos se arreglan dentro de cada comunidad según sus propias leyes y costumbres. Galión, el gobernador romano, no quiere verse empantanado en la jungla de tradiciones y de disputas, sobre todo con judíos que, desde hacía ya más de cien años, gozaban de privilegios dentro del Imperio romano. Están furiosos al ver el éxito de Pablo que se apoya como ellos en la palabra del Dios único, y temen que la imprudencia de los cristianos produzca una reacción de los paganos, de la cual ellos serían también víctimas.Todos empezaron a golpear a Sóstenes. Es muy probable que este Sóstenes sea el nombrado en 1 Cor 1,1. Aunque ya fuese allí una figura importante del grupo cristiano, es dudoso que los judíos lo apresaran delante de las autoridades; fue una turba de mirones que se dejó caer sobre un judío conocido.Pablo había hecho un voto. Se rasura la cabeza como estaba previsto en los Números 6,5. Este detalle es muy importante para ayudarnos a interpretar las polémicas fuertes de Pablo contra las prácticas de la Ley. En ellas afirmaba que ninguna liturgia, devoción, costumbre religiosa nos permite comprar la gracia de Dios y que lo esencial es siempre la fe mediante la cual nos ponemos en manos de la misericordia de Dios.Pero también es cierto que la inmensa mayoría de los creyentes no han alcanzado el nivel de vida espiritual en que ya no necesitan esas formas de religión que han formado un pueblo, educado la fe y la vida religiosa de generaciones. El pueblo cristiano, como el judío, tendrá que renovar constantemente las expresiones de su culto, pero este no puede eliminar -so pretexto de ser más espiritual -la decoración de las iglesias y todo lo que las hace acogedoras, el canto y los órganos, las vestiduras litúrgicas y el incienso, las novenas y las oraciones apoyadas por una larga tradición.Todo lo que Pablo escribía para apartar a los paganos convertidos de las prácticas de la Ley, no le impedía a él, judío de formación, de sentirse a gusto con las formas tradicionales de la piedad judía. Si bien sabía que solamente la fe salva, sin embargo quiso sellar con un voto muy "judío y bíblico" algún acuerdo secreto que había hecho con el Señor.

[22] En este corto párrafo, Lucas reunió el fin del segundo viaje y el comienzo del tercero.Pablo no se queda en Efeso, capital de la provincia de Asia, pues tiene prisa en regresar después de dos años y medio de misión. Sube a Jerusalén y retorna a Antioquía, la primera de las Iglesias del mundo pagano. Allá va Pablo a reposar y a renovarse después de cada viaje. La vida de esta comunidad numerosa, con años de experiencia, el contacto con sus apóstoles le ayudan a ver dónde está el porvenir de la Iglesia.Partiendo nuevamente a misionar, Pablo quiso visitar primero las Iglesias establecidas en su segunda misión. Eso le demandó varios meses y sólo reaparecerá en Efeso en el 54. En el intervalo se había establecido allí una Iglesia.

[24] En ausencia de Pablo, Aquila, Priscila y otros habían continuado los primeros contactos que él había establecido en la comunidad judía. Un acontecimiento importante es la integración de Apolo, quien será uno de los más valiosos misioneros (1 Cor 3,6; 4,6; 16,12). Apolo, se nos dice, conocía algo del camino, pero se había quedado con el bautismo de Juan. El camino (26). Ya hemos encontrado ese término que designaba al cristianismo, el cual no es realmente una religión ni sólo una fe o una moral, sino todo eso a la vez y más aún. Apolo, como esos doce hombres citados en 19, 1-7, había estado probablemente por un tiempo en Palestina cuando Jesús era ya conocido. Pero su palabra no había producido aun un verdadero movimiento ni había tenido la resonancia de la predicación de Juan Bautista, con quien se comprometían muchos, haciéndose bautizar.

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