Ezequiel 23, 1 - 49

OHOLA Y OHOLIBA

[1] Se me dirigió esta palabra de Yavé: [2] "Hijo de hombre, había dos mujeres, hijas de una misma madre. [3] Desde su juventud en Egipto empezaron a prostituirse, metían mano en sus senos y acariciaban su pecho de muchachas. [4] La mayor se llamaba Ohola y su hermana Oholiba; eran mías y me dieron hijos e hijas. Ohola es Samaría y Oholiba, Jerusalén. [5] Ohola me engañó: ardía de pasión por sus amantes. Eran sus vecinos Asirios, [6] gobernadores y funcionarios vestidos de púrpura, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. [7] Con ellos me engañó, con esos asirios de clase alta. Ardía de amor por ellos, y al mismo tiempo se ensuciaba con sus ídolos. [8] Pero no se había olvidado de sus prostituciones con los Egipcios sino que seguían acostándose con ella, manoseaban sus senos y abusaban de ella. [9] Por eso la entregué en manos de sus amantes, en manos de los Asirios por quienes ardía en amor. [10] La desnudaron, tomaron a sus hijos e hijas y los mataron a espada; se hizo famosa entre las mujeres debido al castigo que se le infligió. [11] Su hermana Oholiba fue testigo de todo eso, pero sus desvaríos y prostituciones superaron a los de su hermana. [12] También ella ardía de pasión por sus vecinos Asirios, esos gobernadores y jefes que andaban ricamente vestidos, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. [13] Vi cómo se ensuciaba, cómo ambas seguían el mismo camino. [14] Lo hizo peor aún en su prostitución cuando vio esas imágenes de Caldeos pintadas de color rojo, de esos hombres que se veían pintados en los muros, [15] con sus fajas en la cintura y grandes turbantes en sus cabezas, esos hombres de aspecto marcial cuyo país natal es Caldea. [16] Apenas los vio, se encendió en ella el deseo por ellos: envió mensajeros adonde ellos en Caldea. [17] Los hijos de Babilonia vinieron para ensuciarla con sus prostituciones, y la dejaron tan mancillada que su corazón se apartó de ellos. [18] Pero como ella se había prostituido y entregado, mi corazón también se apartó de ella como se había ya apartado de su hermana. [19] Sí, ella multiplicaba sus prostituciones, revivía su juventud cuando se prostituía en Egipto. [20] Ardía en deseo por unos desvergonzados que se calentaban como burros y cuyo sexo era como el de los caballos. [21] Sí, Jerusalén, volviste a la degradación de tu juventud, cuando los Egipcios acariciaban tu pecho y pasaban sus manos por tus senos. [22] Por eso, Oholiba, esto dice Yavé: Voy a azuzar en contra tuya a tus amantes de los cuales se apartó tu corazón; los reuniré en tu contra de todas partes. [23] Babilonios y Caldeos, los de Pegod, de Soa y de Coa, y con ellos a todos los asirios, jóvenes y hermosos, gobernadores y funcionarios, oficiales famosos y diestros caballeros. [24] Una coalición de pueblos vendrán del norte para asaltarte con sus carros y carretas. Se lanzarán contra ti de todas partes con sus escudos, armas y cascos, les encargaré que te juzguen y te juzgarán según sus leyes. [25] Daré libre curso a mis celos contigo: te tratarán cruelmente, te cortarán la nariz y las orejas, y lo que quede de tus hijos caerá por la espada. Tomarán a tus hijos y a tus hijas, y los sobrevivientes serán devorados por las llamas. [26] Te despojarán de tus vestidos y te quitarán tus joyas; [27] así pondré fin a tu mala conducta y a tus prostituciones iniciadas en Egipto. Ya no los mirarás más ni pensarás más en Egipto. [28] Esto dice Yavé: Te entregaré en manos de los que tú odias, en manos de aquellos a los que tu corazón ya no quiere. [29] En tu odio te maltratarán, se apoderarán de todo el fruto de tu trabajo y te dejarán desnuda y sin nada; no te quedará más que la vergüenza por tus prostituciones, desvaríos y mala conducta. [30] Todo eso te pasará porque te prostituiste con las naciones y con sus sucios ídolos. [31] Ya que seguiste el camino de tu hermana, pondré también en tu mano su copa. [32] Esto dice Yavé: Beberás la copa de tu hermana, una copa ancha y honda, de gran capacidad. [33] Quedarás saturada de embriaguez y de angustia porque la copa de tu hermana sólo contiene desolaciones. [34] La tomarás hasta la última gota, te tragarás hasta los vidrios; yo lo he dicho, palabra de Yavé. [35] Y esta es una palabra de Yavé: "Ya que tú me olvidaste y te apartaste de mí, cargarás con el peso de tu vergüenza y de tus prostituciones". [36] Yavé me dijo de nuevo: "Hijo de hombre, ¿no quieres juzgar a Ohola y a Oholiba y echarles en cara sus crímenes? [37] Han sido adúlteras, sus manos están llenas de sangre, cometieron adulterio con sus innumerables ídolos, hicieron pasar por el fuego a los hijos que me habían dado a luz. [38] Al mismo tiempo que se comportaban así, se dedicaban a manchar mi Templo y profanaban mis sábados, [39] inmolaban sus hijos a los ídolos y venían a profanar mi Templo. Eso hicieron en mi casa. [40] Mandaste venir hombres de tierras lejanas, les enviaste mensajeros y éstos vinieron. Para ellos te bañaste, te maquillaste los ojos y te pusiste tus joyas. [41] Luego te reclinaste sobre una cama lujosa; delante de ella pusieron una mesa y allí depositaste mi incienso y mi aceite. [42] Se oía el ruido como de una muchedumbre enfiestada a la que se habían juntado hombres venidos del desierto; estos colocaban brazaletes en las manos de las mujeres y espléndidas coronas en sus cabezas. [43] Entonces dije de esa ciudad carcomida por el vicio: "¡Qué prostituta! [44] Van a su casa como quien va a un prostíbulo". Y así en efecto iban a casa de Ohola y de Oholiba para hacer el mal. [45] Actuaron con justicia los que les aplicaron la sentencia que conviene a las mujeres adúlteras, la condenación reservada a las que derraman sangre. ¡Porque realmente son adúlteras y tienen sangre en sus manos! [46] Sí, esto dice Yavé: Convoquen la asamblea, condénenlas al terror y al pillaje. [47] La asamblea las lapidará y las herirán con la espada, matarán a sus hijos y a sus hijas y quemarán sus casas. [48] Así pondré término a la degradación en el país; eso servirá de lección a todas las mujeres, para que no cometan las mismas faltas. [49] Haré que tu perdición recaiga sobre ti y cargarás con el peso de los pecados cometidos con tus ídolos: entonces sabrás que yo soy Yavé.

[5] Como en el capítulo 16, Ezequiel enseña a sus compañeros indiferentes el amor de Yavé, partiendo de lo que conocen: el amor celoso y la prostitución. Ezequiel menciona tres formas de idolatría: con los egipcios, con los asirios, con los babilonios (ver com. de Is 30,22).Lo que ofende a Dios no es únicamente el pecado individual de los que abandonan al Dios de justicia - sin el cual nada ocurre- para confiar en piedras, en imágenes y en horóscopos, pues mucho más importante aún es el pecado cometido por la nación como tal. Dios quería desarrollar en ella algo nuevo, una fe, un modo de vida y una cultura capaces de salvar a la humanidad; pero en vez de eso, se complacieron en importar todo lo que había de más alienante en las culturas extranjeras. Y nosotros seguimos importando todo lo que es alienante: publicidad, bailes eróticos y videos que adormecen nuestras energías. Ooliba significa "mi carpa en ella": es el reino del sur, el de Jerusalén, donde Yavé estableció su morada y al que dio sus promesas. Oola significa "su propia carpa": es el norte, que se apartó con Jeroboam para constituir un reino por cuenta propia.

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