Ezequiel 42, 1 - 20

[1] El hombre me hizo salir en dirección norte, al patio interior; me condujo a las salas que daban al patio al norte del edificio. [2] Al lado norte, las salas tenían cien codos de largo y cincuenta de ancho. [3] Las puertas del patio interior se abrían hacia una galería de tres pisos que daban al empedrado del patio exterior. [4] Frente a las salas había un corredor de cien codos de largo y diez de ancho; las entradas estaban por el norte. [5] Las salas superiores eran más pequeñas que las salas inferiores o que las intermedias porque las galerías les quitaban espacio. [6] En efecto, esas galerías tenían tres pisos y no tenían columnas como las de los patios; por eso había un estrechamiento con respecto a las salas inferiores o a las del medio. El muro de las salas que daba al exterior, en dirección al patio exterior, tenía cincuenta codos de largo. [8] El largo de las salas que miraba al patio exterior tenía cincuenta codos mientras que las que estaban de frente al Templo tenían cien. [9] Viniendo desde el patio exterior había encima de esas salas una entrada que daba al este. [10] En medio del muro del patio, en dirección sur, había salas que estaban frente al patio y a las edificaciones. [11] Al lado de ellas pasaba un corredor, esas salas tenían el mismo aspecto que las piezas que se encontraban al norte: la misma longitud, el mismo ancho, la misma puerta, la misma disposición, la misma entrada. [12] Encima de las salas que miraban al sur, había una entrada al comienzo de cada ala. [13] El hombre me dijo entonces: "Las salas del norte y las del sur que miran al patio son las salas santas donde los sacerdotes que se acercan a Yavé comen las carnes consagradas; allí depositan las cosas muy santas que han sido ofrecidas por la oblación, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de reparación. Es un lugar santo. [14] Cuando los sacerdotes salgan del santuario al patio exterior, dejarán allí las vestimentas con que oficiaron, porque esas vestimentas son santas. Se pondrán otras y entonces irán al patio reservado al pueblo. [15] Cuando el hombre hubo acabado de medir las construcciones interiores, me hizo salir por la puerta oriental para tomar las medidas del exterior. [16] Midió el lado este con su vara de medir y comprobó que tenía quinientas varas de largo. [17] Midió el lado norte con su vara y vio que tenía quinientas varas. [18] Midió otra vez el lado sur con la vara y de nuevo le dio quinientas varas. [19] Midió por último el lado oeste con su vara y encontró que tenía quinientas varas. [20] Así midió los cuatro lados; un muro de quinientas varas a lo largo y a lo ancho separaba lo sagrado de lo profano.

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