Ezequiel 43, 1 - 27

[1] El hombre me condujo a la puerta del este, [2] y de repente llegó del Oriente la Gloria del Dios de Israel con un ruido semejante a los grandes torrentes; la tierra se iluminó con su Gloria. [3] Esa visión era semejante a la que había tenido cuando Yavé llegó para destruir la ciudad; también era parecida a la visión que había tenido a orillas del río Quebar; me tiré de bruces al suelo. [4] La Gloria de Yavé entró en el Templo por la puerta este. [5] El Espíritu me levantó y me hizo entrar en el patio interior, y la Gloria de Yavé llenó la Casa. [6] Oí entonces a alguien que me hablaba desde el interior del Templo, mientras el hombre seguía siempre a mi lado. [7] Me dijo: "Hijo de hombre, has visto el lugar de mi trono, el sitio para la planta de mis pies; allí habitaré para siempre en medio de los Israelitas. El pueblo de Israel junto con sus reyes no ensuciará más mi Santo Nombre con sus prostituciones o con los cadáveres de sus reyes cuando éstos mueran. [8] Habían puesto su puerta al lado de mi puerta, sus montantes de puerta al lado de los montantes de la mía: sólo un muro había entre ellos y yo. Los horrores que cometieron mancharon mi Santo Nombre, y los exterminé en mi cólera. [9] Por eso, ahora arrojen de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, de tal manera que pueda habitar en medio de ustedes para siempre. [10] Tú, hijo de hombre, descríbele ahora al pueblo de Israel la Casa, para que sientan vergüenza de sus culpas y les tomen el peso. [11] Si se avergüenzan de todo lo que han hecho, dibujarás la Casa y sus dependencias, sus entradas y sus salidas y todas sus decoraciones. Se las darás a conocer y pondrás por escrito ante sus ojos todos los reglamentos y todas las leyes de la Casa, para que las observen y las pongan en práctica. [12] Esta es la ley de la Casa: todo su territorio, en toda su extensión en la cumbre de la montaña, es un lugar santísimo. [13] Estas son las dimensiones del Altar en codos del Templo. Este codo vale un codo ordinario y un palmo. El basamento completo es de un codo de alto y uno de ancho, con un borde exterior de un palmo. El altar se levanta de este modo: [14] el zócalo inferior tiene dos codos por encima del basamento, dejando un codo de ancho, y la altura es de cuatro codos desde el pequeño zócalo hasta el gran zócalo, dejando también un codo de ancho. [15] El fogón está cuatro codos más alto, con sus cuatro cuernos hacia arriba. [16] El fogón es cuadrado, con doce codos de largo por doce de ancho. [17] El gran zócalo tiene catorce codos de largo por catorce de ancho (el pequeño zócalo tiene seis codos de largo y seis de ancho) sobre su basamento de un codo, más el borde en derredor. Los peldaños quedan al lado este. [18] Y me dijo: Hijo de hombre, esto dice Yavé: Estas son las reglas para el altar, el día en que se lo inaugure. Se subirá a él el holocausto y se derramará allí la sangre. [19] Entonces darás a los sacerdotes levitas que son descendientes de Sadoc y que se acercan a mí para servirme, palabra de Yavé, un novillo para la expiación. [20] Untarás en su sangre y con ella tocarás los cuatro cuernos, los ángulos del zócalo y el borde; así harás la expiación del altar. [21] Luego tomarás al toro y lo quemarás en una dependencia de la Casa, fuera del Templo. [22] El segundo día ofrecerás un chivo sin defecto como expiación, y se hará la expiación por el altar como se hizo con el novillo. [23] Luego cuando hayas terminado la expiación, ofrecerás un novillo sin defecto y un carnero sin defecto sacado del rebaño. [24] Los ofrecerás ante Yavé, los sacerdotes les echarán sal y los ofrecerán como holocausto a Yavé. [25] Durante siete días ofrecerás diariamente un chivo como expiación; se sacrificará igualmente un novillo y un carnero sacado del rebaño. [26] Durante siete días se harán súplicas por el altar, lo purificarán y lo inaugurarán. [27] A partir del octavo día, los sacerdotres podrán ofrecer en el altar los holocaustos y sacrificios pacíficos de ustedes y yo los aceptaré, palabra de Yavé.

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