2a Crónicas 28, 1 - 27

AJAZ

[1] Ajaz tenía veinte años cuando empezó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén. No hizo lo que es recto a los ojos de Yavé, como su padre David, [2] sino que siguió los senderos de los reyes de Israel e incluso fundió ídolos de los baales. [3] Además quemó incienso en el valle de Ben-Hinom y sacrificó sus hijos por el fuego, imitando las costumbres abominables de los paganos a los que Yavé quitó el país para dárselo a Israel. [4] Ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios altos, sobre las lomas y bajo todo árbol frondoso. [5] Yavé, su Dios, le entregó en manos del rey de los arameos; éstos lo derrotaron, haciéndole gran número de prisioneros, que fueron llevados a Damasco.También él fue entregado en manos del rey de Israel,que le causó una gran derrota. [6] Pecaj, hijo de Remalías, mató en un solo día a ciento veinte mil judíos, todos ellos hombres valientes; es que habían abandonado a Yavé, el Dios de sus padres. [7] Zikrí, uno de los valientes de Efraím, mató a Masías, hijo del rey, a Azricam, mayordomo del palacio, y a Elcaná, segundo después del rey. [8] Los hijos de Israel se llevaron de entre sus hermanos de Judá a doscientos mil prisioneros: mujeres, hijos e hijas; se apoderaron también de un enorme botín que se llevaron a Samaria. [9] Había allí un profeta de Yavé, llamado Obred, que salió al encuentro del ejército que volvía a Samaria y les dijo: «Miren que Yavé, el Dios de sus padres, estaba irritado contra la gente de Judá y por esto los ha entregado en manos de ustedes. Pero ustedes los han matado con una crueldad increíble. [10] Y ahora quieren someter a esclavitud a la población de Judá y de Jerusalén y que en adelante sean esclavos y esclavas de ustedes. Miren que ustedes mismos no son inocentes ante Yavé, su Dios. [11] Oigan, pues, devuelvan a sus hermanos que han tomado prisioneros, porque si no el furor de la ira de Yavé está sobre nosotros.» [12] Entonces algunos hombres de los jefes de Israel, Azarías, hijo de Jojanan, Berejías, hijo de Mesilemot, Ezequías, hijo de Salum, y Amasá, hijo de Jadlay, se opusieron a los que volvían de la guerra. [13] Y les dijeron: «No traigan aquí a estos prisioneros. Ya somos culpables contra Yavé, y ustedes ¿quieren aumentar todavía el número de nuestros pecados? Pues grande es nuestro delito y el furor de la ira de Dios amenaza a Israel.» [14] Entonces la tropa dejó los prisioneros y el botín delante de los jefes y de toda la asamblea. [15] Se levantaron los hombres antes mencionados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con prendas tomadas del botín a todos los que estaban desnudos, dándoles además calzado. Les dieron de comer y beber y los lavaron; transportando en burros a todos los que estaban más débiles, los llevaron a la frontera de su patria, a Jericó, ciudad de las Palmeras, y luego se volvieron a Samaria. [16] En aquel tiempo el rey Ajaz envió mensajeros a los reyes de Asur para que lo socorrieran. [17] Porque los edomitas habían venido otra vez y habían derrotado a Judá, llevándose prisioneros. [18] También los filisteos invadieron las ciudades de la tierra baja y del Negueb de Judá, y tomaron Bet-Semes, Ayalón, Guederot, Socó con sus aldeas, Timná con sus aldeas y Guimzó con sus aldeas, y se establecieron allí. [19] Así Yavé humillaba a Judá por culpa de Ajaz, su rey, que corrompía a su país y se había apartado de Yavé. [20] Vino contra él Teglatfalasar, rey de Asur, lo sitió, pero no llegó a dominarlo. [21] Ajaz despojó la Casa de Yavé y la casa del rey y de los jefes para hacer regalos al rey de Asur, pero de nada le sirvió. [22] Aún en el tiempo del asedio, el rey Ajaz persistió en su infidelidad a Yavé. [23] Ofrecía sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, pues se decía: «Los dioses de los reyes de Aram los ayudan a ellos; les ofreceré, pues, sacrificios y me ayudarán a mí.» Ellos fueron la causa de su ruina y la de todo Israel. [24] Ajaz juntó algunos de los utensilios de la Casa de Dios y los hizo añicos, luego cerró las puertas de la Casa de Yavé y fabricó altares en todas las esquinas de Jerusalén. [25] Hizo santuarios altos en cada una de las ciudades de Judá para quemar incienso a otros dioses, provocando así la ira de Yavé, el Dios de sus padres. [26] El resto de sus hechos y todas su obras, del comienzo al fin, están escritos en el libro de los Reyes de Judá e Israel. [27] Se acostó Ajaz con sus padres y lo sepultaron dentro de la ciudad en Jerusalén; pues no lo pusieron en el sepulcro de los reyes de Israel. En su lugar reinó su hijo Ezequías.

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