Génesis 37, 1 - 36

[1] Jacob, por su parte, se estableció en Canaán, país donde había vivido su padre. TERCERA PARTE HISTORIA DE JOSEJOSÉ Y SUS HERMANOS [2] Esta es la historia de la familia de Jacob. A los diecisiete años, José se dedicaba a cuidar ovejas. Siendo todavía un adolescente, ayudaba a los hijos de Bilá y de Zelfa, mujeres de su padre y por lo tanto, informaba a su padre sobre la mala reputación que sus hermanos tenían. [3] Israel quería a José más que a sus otros hijos, pues le había nacido en su ancianidad; incluso le había hecho una túnica con mangas. [4] Sus hermanos, viendo que su padre le prefería a sus otros hijos, comenzaron a odiarlo hasta tal punto que no podían conversar con él. [5] José tuvo un sueño y lo contó a sus hermanos. [6] «Miren, les dijo, el sueño que he tenido. [7] Estábamos nosotros atando gavillas en medio del campo, cuando sucedió que mi gavilla se levantaba y permanecía derecha. Entonces las gavillas de ustedes la rodearon y se postraron ante la mía.» [8] Sus hermanos le dijeron: «¿Eso quiere decir acaso que tú vas a reinar sobre nosotros, o que vas a mandarnos?» Y lo aborrrecieron más aún, a causa de sus sueños y de sus interpretaciones. [9] Tuvo José todavía otro sueño, y también se lo contó a sus hermanos: «Tuve otro sueño; esta vez el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.» [10] Su padre, que también lo escuchaba, lo reprendió y le dijo: «¿Qué sueño es ese que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos tendremos que inclinarnos ante ti?» [11] Sus hermanos se pusieron envidiosos con él, mientras que su padre conservaba esto en la memoria. VENDIDO POR SUS HERMANOS [12] Sus hermanos habían ido a apacentar el rebaño de su padre a Siquem, [13] e Israel dijo a José: «Tus hermanos están cuidando las ovejas en los pastos de Siquem; ven, que quiero mandarte donde ellos.» Contestó José: «Aquí estoy». [14] Su padre le dijo: «Anda a ver como estáa el rebaño y cómo se encuentran tus hermanos, y ven después a contármelo.» Lo envió, pues, desde el valle de Hebrón, y José fue a Siquem. [15] Un hombre lo vio que andaba perdido por los campos y le preguntó: «¿Qué buscas?» [16] Le respondió: «Estoy buscando a mis hermanos. Dime, por favor, dónde están con sus rebaños.» [17] El hombre le contestó: «Se han ido de aquí, pues les oí decir: Vámonos a Dotán. » Y José salió en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. [18] Al verlo desde lejos, y antes de que llegara, se pusieron de acuerdo para matarlo. [19] Se dijeron: «Allí viene el soñador. [20] Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!» [21] al oír esto, Rubén quiso salvarlo de sus manos y les dijo: «No lo maten.» [22] «No derramen sangre, les dijo Ruben, échenlo más bien en aquella cisterna allá en el desierto, pero no pongan las manos sobre él.» Esto dijo para sacarlo de sus manos y devolverlo después a su padre. [23] Fue así que cuando José llegó junto a ellos, le sacaron la túnica con mangas que llevaba puesta, [24] lo tomaron y lo arrojaron a una cisterna que estaba seca, sin agua. [25] Se sentaron para comer, cuando alzando los ojos, vieron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad, con sus camellos cargados de bálsamo, mirra y otras especias que llevaban a Egipto. [26] Entonces Judá dijo a sus hermanos: «¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y tapar su sangre? [27] Mejor vendámoslo a esos ismaelitas y no pongamos nuestras manos sobre él, pues es nuestro hermano y carne nuestra.» Sus hermanos le hicieron caso, [28] y al pasar unos madianitas, que eran mercaderes, sacaron a José del pozo. Lo vendieron a los madianitas por veinte monedas de plata, y éstos llevaron a José a Egipto. [29] Al regresar Rubén al pozo, ya no encontró a José. Rasgó sus vestidos [30] y volviendo donde estaban sus hermanos, les dijo: «El muchacho ya no está. ¿Y qué hago ahora?» [31] Entonces tomaron la túnica de José y, degollando un cabrito, la tiñeron con su sangre. [32] Enviaron la túnica de manga larga a su padre con este mensaje: «Esto hemos encontrado. Mira a ver si es la túnica de tu hijo.» [33] Jacob la reconoció y exclamó: «¡Es la túnica de mi hijo. Algún animal feroz lo ha devorado! ¡José ha sido despedazado!» [34] Jacob desgarró sus vestidos, se vistió con un sayal, e hizo duelo por su hijo durante muchos días. [35] Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarlo, pero él no quería ser consolado, y decía: «Estaré todavía de duelo cuando descienda donde mi hijo al lugar de las Sombras.» Y su padre lo lloró. [36] Entretanto los madianitas llegaron a Egipto y vendieron a José a Putifar, funcionario del palacio de Faraón y capitán de la guardia.

[2] La larga y conmovedora historia de José, vendido por su hermano y que se convierte después en su salvador, es una obra maestra de los letrados del tiempo de Salomón, pero se apoya en tradiciones más antiguas y se inspira también en libros egipcios. Pero, ¿se daban ellos cuenta de que expresaban todo el plan de redención: Dios nos salva por las pruebas de un justo perseguido por sus hermanos? La larga historia tan conmovedora de José, vendido por sus hermanos, y salvador de ellos, es en la Biblia la primera figura de la Pasión, de la Muerte y de la Resurrección de Cristo.Jacob lo prefería por ser el hijo de su vejez. El hijo más querido y también el más delicado. Entre sus hermanos, rudos y poco escrupulosos, José demuestra nobleza: desde su juventud ese hijo de pastores manifiesta que está hecho para grandes cosas.La envidia llega hasta la locura y el crimen entre hermanos. Dios acepta que los hermanos sigan caminos opuestos, unos hacia el bien, otros hacia el mal, pero esto no quiere decir que los «buenos» se aparten y se olviden de los «malos»: José salvará a sus hermanos.

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