Éxodo 1, 1 - 22

LOS HEBREOS SE MULTIPLICAN EN EGIPTO [1] Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia: [2] Rubén, Simeón, Leví, Judá, [3] Isacar, Zabulón, Benjamín, [4] Dan, Neftalí, Gad y Aser. [5] El número de estos descendientes de Jacob era de setenta personas. Además José, que estaba ya en Egipto. [6] Murió José, y también sus hermanos y toda aquella generación, [7] mientras los hijos de Israel seguían siendo muy fecundos. Se multiplicaron y crecieron, llegando a ser tan numerosos que los había en todo el país.

LOS EGIPCIOS SOMETEN A ESCLAVITUD A LOS HEBREOS [8] Entró a gobernar en Egipto un nuevo rey, que no sabía nada de José, y dijo a su pueblo: [9] «Miren que los hijos de Israel forman un pueblo más numeroso y fuerte que nosotros. [10] Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose, no vaya a suceder, que si estalla una guerra, se una a nuestros enemigos para luchar contra nosotros y escapar del país.» [11] Les pusieron entonces capataces a los israelitas, para sobrecargarlos con duros trabajos. Edificaron así para Faraón las ciudades de almacenamiento: Pitom y Ramsés. [12] Pero cuanto más los oprimían, tanto más crecían y se multiplicaban, de tal modo que la gente ya no soportaba a los israelitas. [13] Los egipcios trataron con brutalidad a los Israelitas y los redujeron a esclavitud. [14] Les amargaron la vida con duros trabajos de arcilla y ladrillos, con toda clase de labores campesinas y toda clase de servidumbres que les imponían por la fuerza. [15] Luego el rey de Egipto se dirigió a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá y la otra Púa; les dijo: [16] «Cuando asistan a las hebreas, y ellas se pongan de cuclillas sobre las dos piedras, fíjense bien: si es niño, háganlo morir; y si es niña, déjenla con vida.» [17] Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los niños. [18] Entonces el rey llamó a las parteras y les dijo: «¿Por qué han actuado así, dejando con vida a los niños?» [19] Las parteras respondieron: «Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias. Son más robustas y dan a luz antes de que llegue la partera.» [20] Dios estaba con las parteras, así que el pueblo creció y llegó a ser muy fuerte; [21] y a las parteras, por haber temido a Dios, les concedió numerosa descendencia. [22] Entonces Faraón dio esta orden a todo el pueblo: «Echen al río a todo niño nacido de los hebreos, pero a las niñas déjenlas con vida.»

[1] Desde siglos y siglos una gran parte de la humanidad ha vivido bajo la opresión. De su vida sufrida poco hablan los historiadores. Escasas fueron las rebeldías, pues, en su inmensa mayoría, se sometieron y llegaron a pensar que la esclavitud era para ellos una situación normal. Pero Dios quiso intervenir una vez por lo menos, en una forma manifiesta, para liberar a los hebreos, y éste fue el primer paso de la historia del Pueblo de Dios. La Biblia caracteriza a grandes rasgos la opresión a la que estaban sometidos los hebreos en Egipto:-- los dueños egipcios tienen miedo a un proletariado que, según ellos, crece en forma irresponsable (10 y 12);-- se les imponen duros trabajos para construir y para defender una sociedad que a ellos no los promueve ni les reconoce derechos (11);-- se juntan explotación y opresión, trabajos inhumanos y represión policial, mediante los capataces egipcios (5,6);-- finalmente, una autoridad extranjera les impone el control de los nacimientos en la forma más drástica (16).Situaciones de opresión: 1 Mac 1; 2 Mac 4; 2 Mac 6; Is 5,8; Am 5,10; Ez 34; Mi 2,1; Job 24,1; 25,9; Lam 3,31.¿Quiénes eran Sifra y Puá? Sus nombres son egipcios. Esas mujeres, pues, burlaron la orden del rey por compasión al pueblo oprimido y no aceptaron ejecutar disposiciones que su conciencia condenaba.

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