Deuteronomio 17

[1] No sacrificarás a Yavé, tu Dios, buey u oveja que tenga alguna tara o defecto, porque Yavé aborrece esto. [2] Si, en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yavé te dará, un hombre o una mujer hacen lo que desagrada a Yavé, hasta quebrantar su alianza, [3] si van a servir a otros dioses y se postran ante ellos, sean el sol, o la luna, o las estrellas del cielo, respecto a los cuales no te di ningún mandato, [4] en cuanto te lo denuncien o en cuanto lo sepas, empezarás por investigar bien todo. Si compruebas que esta abominación se ha cometido en Israel, [5] sacarás a las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que cometieron esta fechoría, y los apedrearás hasta que mueran. [6] Exigirás las declaraciones de dos o tres testigos para condenarlos a muerte. Nadie será condenado a muerte por la acusación de un solo testigo. [7] La mano de los testigos será la primera en tirar piedras para matarlo. Después, todo el pueblo lo apedreará. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti. [8] Si se te presenta un caso demasiado difícil, ya sea un asunto de sangre, un litigio o una querella por heridas, o una disensión entre las autoridades de la ciudad, subirás al lugar elegido por Yavé, tu Dios, [9] irás a los sacerdotes levitas y al juez que entonces esté en funciones. Los consultarás y ellos te indicarán el fallo de la causa. [10] Te ajustarás al fallo que te hayan indicado en este lugar elegido por Yavé, y procurarás actuar conforme a lo que te hayan enseñado. [11] Seguirás las instrucciones que te hayan dado y la sentencia que te dicten, sin desviarte ni a la derecha ni a la izquierda del fallo que te señalen. [12] El hombre que se atreva a actuar en otra forma y no escuche al sacerdote que se encuentra allí al servicio de Yavé, ni al juez, morirá. Harás desaparecer el mal de Israel. [13] Así todo el pueblo, al saberlo, temerá y ya no propasará el derecho.

LOS REYES

[14] Cuando llegues a la tierra que Yavé, tu Dios, te da, cuando la conquistes y habites en ella, tal vez digas: «Quiero tener un rey como todas las naciones vecinas.» [15] En todo caso pondrás a tu cabeza un rey elegido por Yavé de entre tus hermanos. No pondrás a tu cabeza un rey extranjero que no sea hermano tuyo. [16] Que tu rey no tenga muchos caballos, no sea que traiga de vuelta a Egipto a su pueblo con el fin de tener más caballos. Pues Yavé te ordenó que no volvieras jamás por aquel camino. [17] Tampoco se buscará muchas mujeres, no sea que se pervierta su corazón. Y que tampoco se haga rico en oro y plata. [18] Cuando suba al trono, deberá copiar para su uso esta ley, del libro de los sacerdotes levitas. [19] La llevará consigo, la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yavé, guardando todas las palabras de la Ley y poniendo en práctica sus preceptos. [20] Así no mirará en menos a sus hermanos, y no se apartará de estos mandamientos ni a la derecha ni a la izquierda, y él y sus hijos prolongarán los días de su reinado en medio de Israel.

[14] A continuación se habla de las tres autoridades reconocidas por los judíos: reyes, sacerdotes y profetas.Los reyes (17,14-20). Los reyes de Israel negociaban con Egipto. A cambio de los caballos que deseaban adquirir, enviaban allá a jóvenes israelitas que debían servir en el ejército del faraón.Los hijos de Leví no tendrán herencia entre sus hermanos. Respecto de los sacerdotes de la tribu de Leví, ver comentario de Números 3 y 4.

a «e� O u H,� P� avé haya escogido», es decir, en Jerusalén. De ahí la peregrinación de los judíos a Jerusalén, a lo menos con ocasión de la Pascua. Jesús mismo observará esa Ley que obliga a todos los varones, a partir de los doce años (ver Lucas 2,41). En varios lugares del Evangelio leemos: «Jesús subió a Jerusalén para la Fiesta» (Juan 2,13; 5,1).

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[22] Este párrafo habla de los diezmos, o sea, de esa décima parte de las cosechas que se ofrece a Dios. El Deuteronomio hace de la ofrenda una base de la vida del creyente. En otras partes de la Biblia se recalcará que «el justo tiene compasión, da y presta; y que, por fin, posee la tierra», mientras «el impío pide prestado y no devuelve, y al final es arrancado de la tierra» (Sal 37). El que sabe dar, no derrocha; se conforma con lo que tiene y no le falta nada; mientras que el que se niega a dar nunca tiene bastante ni se siente feliz (Pro 11,24). (Ver también 2 Cor 9,6.)El mismo espíritu inspira el capítulo 15 sobre el año sabático (ver Lev 25,1).

ila� 3 , e P� � � ble impedir que los santuarios de Yavé se prestaran a muchos abusos e influencias de los cultos paganos. Esta unificación del culto formaba parte del gran proyecto del rey Josías: reunir el antiguo reino del norte con el reino de Judá (1 Re 23, 8-9).¿Por qué quiso Dios un solo Templo? Aparentemente, por las mismas razones por las que quiso hacer sus promesas a una sola familia de reyes, la de David. Es que Israel primero y la Iglesia después tienen que ser en el mundo un signo de unidad. Si bien es cierto que el creyente puede dirigirse a Dios en cada momento y de cualquier manera que le dicte su fe, sin embargo tendrá que respetar la voluntad de Dios de que un solo pueblo lo sirva en su Unica Casa, su Iglesia.El párrafo 12,13-19 establece la distinción entre matar animales para ofrecerlos en sacrificio, que estaba permitido sólo en el Templo de Jerusalén, y matarlos para aprovechar la carne, cosa que se puede hacer en cualquier lugar.

[29] Nueva advertencia contra el peligro de la idolatría.

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