Levítico 19

[1] Yavé dijo a Moisés: [2] «Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sean santos, porque yo, Yavé, Dios de ustedes, soy Santo. [3] Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios! [4] No se vuelvan hacia los ídolos ni se hagan dioses de metal fundido. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes! [5] Cuando sacrifiquen a Yavé un sacrificio de comunión, háganlo de manera que le sea grato. [6] Ustedes comerán de la víctima el mismo día que la inmolen y al día siguiente, y lo que sobre hasta el tercer día será quemado. [7] Es una cosa muy fea comerla el día tercero: la víctima deja de ser grata. [8] El que la coma cargará con su pecado por haber profanado la santidad de Yavé. Esta persona será borrada de entre los suyos.

HUMANIDAD DE LA VIDA DIARIA

[9] «Cuando sea tiempo de cosechar, no siegues hasta la misma orilla del campo, ni recojas las espigas caídas. [10] Tampoco rebusques en tus viñas, ni recojas de tus huertos las frutas caídas. Las dejarás al pobre y al forastero: ¡yo soy Yavé, tu Dios! [11] No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente. [12] No jurarán en falso por mi Nombre porque esto sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé! [13] No oprimirás ni despojarás a tu prójimo. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente. [14] No gritarás maldiciones al sordo, ni pondrás obstáculos al ciego, sino que temerás a tu Dios: ¡yo soy Yavé! [15] No dictarás sentencias injustas. No harás favores al pobre, no te inclinarás ante el rico, sino que juzgarás con justicia a tu prójimo. [16] No calumniarás a tu prójimo ni buscarás medios legales para hacerlo desaparecer. [17] No odies en tu corazón a tu hermano; pero corrígelo, no sea que te hagas cómplice de sus faltas. [18] No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy Yavé. [19] Guarden mis tradiciones. No aparearás en tu ganado dos bestias de diferente especie; no sembrarás tu campo con dos clases distintas de grano; no usarás ropa tejida con hilos de dos clases. [20] Si un hombre tiene relaciones con una esclava ya entregada a otro, sin que haya sido rescatada ni liberada, serán castigados los dos, pero no con pena de muerte, pues ella no era mujer libre. [21] El ofrecerá su sacrificio de reparación para Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas; será un carnero de reparación. [22] Con este carnero el sacerdote hará reparación por él ante Yavé, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado. [23] Cuando entren en el país y planten toda clase de árboles frutales, consideren impuros sus frutos por tres años; durante este período no se podrán comer. [24] Al cuarto año todos sus frutos serán consagrados a Yavé. [25] El quinto año podrán comer y almacenar los frutos para guardarlos. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes! [26] No coman nada encima de la sangre. No practiquen la hechicería ni la astrología. [27] No rapen en redondo su cabeza ni corten los bordes de su barba. [28] No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡yo soy Yavé! [29] No profanarás a tu hija, prostituyéndola; no sea que tu país se vuelva una tierra de prostitutas, un nido de víboras. [30] Guarden mis sábados y respeten mi Santuario: ¡yo soy Yavé! [31] No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus; no los consulten no sea que con ellos se manchen: ¡yo soy Yavé! [32] Ponte en pie ante un anciano y honra a las personas mayores; esto es temer a tu Dios: ¡yo soy Yavé! [33] Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. [34] Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡yo soy Yavé, tu Dios! [35] No cometan injusticia en los juicios, ni en medidas de longitud, de peso o capacidad; [36] usen balanzas justas, peso, medida y sextuario justos: ¡yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto! [37] Guarden todas mis normas y mis mandamientos. Ustedes los pondrán en práctica: ¡yo soy Yavé!»

[9] Dentro de tantas leyes que manifiestan el nivel todavía primitivo del pueblo de Dios, uno se maravilla cuando descubre prescripciones enseñando actitudes de humanidad que a nosotros muchas veces nos faltan. Estas prescripciones, que se dirigen a un pueblo de pequeños agricultores, hace falta interpretarlas para adaptarlas a las circunstancias de nuestra vida actual. Ellas nos enseñan que el «derecho de propiedad» no es absoluto y que de ninguna manera justifica la opresión de los pobres ni dispensa de ayudarlos. Se ordena la atención a nuestros hermanos, asegurándoles a cualquiera de ellos lo que el hombre necesita para vivir. No te vengarás, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Aquí el prójimo designa al hermano de la misma raza. Hay que amarlo y ser solidario con él, porque Dios abarca en el mismo amor a todos los miembros de su pueblo. Tal solidaridad con los de su pueblo existe en todas las religiones, pero tiene siempre como contrapartida la agresividad u hostilidad con el extranjero. Cuando Jesús nos hable de un amor que traspasa las fronteras de un pueblo (Lc 10,25; Mt 5,43), eso no será una simple ampliación del término "prójimo" sino que será el descubrimiento de otra relación, más allá de la solidaridad practicada naturalmente por hombres e incluso por algunos animales.

[19] Se prohiben varias costumbres propias de las religiones paganas. También se prohibe el espiritismo y la adivinación, como en Deut 18,10.Al forastero lo mirarán como a uno de ustedes (34). Se notará que la Biblia, a pesar de que prohibe la convivencia con los extranjeros paganos, ordena también que se respete al extranjero que vive en Israel. Al igual que la viuda, el huérfano y el pobre, el extranjero no es protegido por una familia, y más fácilmente se abusa de él.

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